El euro mantiene su fortaleza en los mercados internacionales de divisas y parece apuntar por encima de la barrera psicológica de los 1,20 dólares. En el mercado de divisas de Fráncfort se cambiaba al inicio de la sesión de este viernes a 1,280 dólares frente a los1,2003 a última hora del jueves.

El presidente del BCE, Mario Draghi, está detrás de ese comportamiento internacional de la moneda única, que pese a los tipos bajos y la política expansiva parece no afectar a la cotización internacional. En lo que va de año, el euro se ha apreciado en torno al 14% frente a la moneda estadounidense. La desconcertante desconexión entre crecimiento, bajos tipos de interés, producción de dinero e inflación vuelve 'locos' a los banqueros centrales y a los economistas ortodoxos.

La divisa europea toca máximos de dos años y medio, precisamente tras el discurso de Draghi, cuando mejoraba las previsiones de crecimiento al alza. Una lectura para el mercado que acerca la retirada de estímulos económicos, aunque el banquero ha aplazado la decisión al próximo mes ante la constatación de que las tensiones inflacionistas no son alarmantes.

Decisiones

Draghi dijo este jueves que hasta octubre no se analizará la posible retirada del programa de compra de deuda que lleva a cabo la entidad. Reiteró también su disposición a aumentar las compras mensuales de deuda pública y privada en la zona del euro "si el panorama empeora", además de mejorar las previsiones de crecimiento y rebajar las expectativas de inflación.

En 2017, el BCE espera que el PIB aumente el 2,2%, frente al 1,9% publicado en las previsiones de junio. Por otro lado, se espera que en el 2018 el PIB aumente el 1,8%, exactamente lo mismo que en la anterior previsión.

Prioridades

Lo que parece claro es que la evolución del mercado de divisas no está entre las prioridades del BCE. "El tipo de cambio no es objetivo de la política monetaria, pero sí afecta a la estabilidad de precios, por lo que debemos vigilar la volatilidad del tipo de cambio", reconoció Draghi.

Análisis económico

La lógica macroeconómica induce a pensar que un incremento de la masa monetaria en circulación como la que está promoviendo Draghi desde hace meses debería devaluar el euro y contribuir a elevar los precios en la eurozona. En la práctica, esto no está sucediendo. Y eso que la banca privada también tiene estímulos para introducir dinero en la economía en forma de préstamos a particulares. Por el momento, el mercado de divisas ignora esa abierta estrategia del BCE y el euro sigue fuerte frente al dólar.