El Gobierno de España ha decidido no renovar el acuerdo con la agencia de calificación S&P Global Ratings para la evaluación de la deuda soberana española, por lo que este año solo mantendrá contrato con la agencia canadiense DBRS. Fuentes del Ministerio de Economía, que dirige Luis de Guindos, explicaron que en el 2016 ya se decidió no hacer la renovación anual con la agencia Moody’s y en el 2017 se adoptó la misma decisión respecto a Fitch.

Desde el punto de vista de Economía se considera que «no es necesario trabajar con todas ellas, dado el clima de confianza que existe en la actualidad en la economía española a diferencia de otras épocas».

DEMANDA RÉCORD / Este mismo martes, el Tesoro registró una demanda de 45.000 millones en la emisión de un bono sindicado a diez años, según indicó el ministro de Economía, Luis de Guindos. «Nunca habíamos tenido tanta demanda para un bono sindicado», dijo ayer el ministro, justificando, de paso, que ya no es necesario pagar las mismas cantidades para obtener una calificación de la deuda.

De Guindos destacó que este hecho es una «clara señal de la confianza creciente» en la economía española y de «la importancia de la subida del rating» de España por parte de Fitch el viernes pasado. La agencia británica elevó a nota ‘A’ la calificación de la solvencia de la deuda pública española en un informe no solicitado por el Gobierno español, después de que este no renovara su contrato anual el año pasado.

Del mismo modo que ya hacen Moody’s y Fitch, S&P también seguirá emitiendo informes periódicos sobre la calidad de la deuda pública española bajo la modalidad de rating «no solicitado». En esta situación está Bélgica, Turquía, Suecia, Portugal, Francia, Alemania, Holanda o Reino Unido. El próximo informe de S&P se publicará el 22 de febrero y en él se verá si decide mejorar su calificación sobre la deuda pública española hasta la letra ‘A’.