España se situó entre los estados con una mayor desigualdad de la renta per cápita entre los países del área del euro, según pone de manifiesto el informe La desigualdad de la renta, el consumo y la riqueza elaborado por el Banco de España, y que se publicó ayer. En el documento se pone de manifiesto que hay una «reducida» dispersión salarial en España, mientras que la «abultada» tasa de paro provoca una elevada desigualdad en términos de la renta bruta per cápita. La mayor incidencia del paro provocó una concentración elevada de hogares cobrando prestaciones por desempleo en la parte baja de la distribución. Asimismo, el mantenimiento de una tasa de paro elevada, incluso en las épocas de mayor bonanza, hizo que la desigualdad en términos de renta bruta per cápita de antes de la crisis también fuera elevada en España en comparación con otros países.

El tamaño medio del hogar en España es relativamente elevado, lo que mitiga la limitada capacidad de obtención de ingresos en la parte baja de la distribución y permite ciertas economías de escala en el gasto, se destaca. Pero la evidencia muestra que la decisión de independizarse del hogar familiar de los jóvenes suele estar muy relacionada con su estabilidad laboral y, en un contexto de elevada temporalidad en la contratación, esta suele alcanzarse relativamente tarde. Además, el retraso en la edad de emancipación condiciona el momento y el número de hijos que se tienen a lo largo de la vida, lo que provoca que España sea uno de los países donde la edad en la que la madre tiene su primer hijo es mayor, y la tasa de fecundidad, menor.

España también es uno de los países europeos con menor porcentaje de personas mayores viviendo solas o en hogares institucionales, si bien este hecho se encuentra relacionado, al menos en parte, con el menor nivel educativo de las generaciones de más edad, por lo que cabe esperar que, en el futuro, la incidencia de esta circunstancia varíe con la mejora educativa.