¿Podría existir una internet de primera y una internet de segunda? ¿Que a algunos servicios carguen a máxima velocidad pero que a otros se acceda muy lentamente por el simple hecho de que unas firmas pagan a los operadores y otras no? La discusión sobre esta cuestión robó el protagonismo ayer a los gadgets en la segunda jornada del Mobile World Congress- aunque ayer se conoció que Apple sobrepasó a Samsung en venta de teléfonos en el cuarto trimestre del 2014 por primera vez desde el 2011-. Y es que, aunque la tecnología es siempre importante, también lo son las leyes en que se sustenta.

El motivo de la discusión fue que el invitado estrella de la jornada fue el presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de Estados Unidos, Tom Wheeler. Este organismo, el regulador americano, aprobó la semana pasada declarar internet como un servicio básico, lo que a la práctica implica oponerse a la pretensión de los operadores de telefonía de poder reclamar compensaciones a los servicios que más datos consumen (como los de vídeo bajo demanda). Las operadoras pretendían que si pagasen, los usuarios tendrían acceso rápido a estos servicios; si no, la velocidad bajaría.

En su conferencia, Wheeler aseguró que con su decisión la FCC no trata de decir a las compañías qué pueden hacer, ni de imponer restricciones, ni ordenar a las operadoras cómo deben trabajar, sino garantizar una internet «abierta para todos» y al margen de gobiernos y de intereses privados.

«¿Internet necesita un árbitro?», se preguntó el regulador, quien descartó que EEUU quiera «intervenir» en la red. «No hay un plan para regular internet, así como la Primera Enmienda no busca regular la libertad de expresión», completó.

Además, destacó que una internet abierta «es compatible» con los beneficios de las operadoras por su actividad. De hecho, ese fue uno de los principales argumentos de Wheeler: hasta ahora ha funcionado, las operadoras ganan dinero y se continúan creando empresas. «Algunas operadoras ya han asegurado que no detendrán sus planes de inversión», dijo. «La innovación peligra sin una internet abierta», agregó.

El directivo sostuvo que la «competencia» es «la mejor protección» para el consumidor y la «mejor amiga de la innovación», y concluyó asegurando que el presidente de EEUU, Barack Obama, es también «un gran defensor» de la neutralidad de la red.

Los operadores no opinan como Wheeler, como han repetido en diversas ocasiones durante esta feria -tienen la opción de recurrir la decisión del regulador-, y advierten de que no podrán soportar la gran inversión que tienen que hacer en el despliegue de la red. Como muestra, según aseguró Telefónica, cada año el tráfico móvil se multiplica un 50%.

Al otro lado, las empresas de servicio aplauden la decisión de la FCC, aunque reconocen que aún falta por ver cómo afectan algunas de las partes del texto. «Es un tema muy complejo. En general, creo que es un gran paso adelante, es muy importante. Si yo pago por mi conexión de internet y tengo una velocidad de descarga muy alta, pero al intentar ver una película de Netflix resulta que va muy lento; y la razón de todo ello es que es porque el operador quiere cobrar a Netflix, yo perderé toda la simpatía por el operador. Sí, dirá que consume el 35% de su tráfico... Pero es que es el 35% del tráfico que yo pago», argumentó a EL PERIÓDICO el fundador de la Wikipedia, Jimmy Wales. El comisario europeo de Economía y Sociedad Digital, Günther Oettinger, aseguró ayer que trabaja con los países miembros para «fijar una posición» común sobre esta cuestión en los próximos meses.

INVERSIÓN EN 5G

Otro de los protagonistas del día fue el 5G. La próxima generación de acceso a la red fue motivo de anuncio por parte de la Comisión Europea. El comisario avanzó un alianza con varios operadores para investigar en 5G y buscar que Europa marque el camino en los estándares de esta futura tecnología. Aunque no se prevé que esta llegue al mercado al menos hasta el 2020, otras firmas como Huawei (China) y NTT Docomo (Japón) anunciaron también que invertirán 500 millones de euros para investigar sobre ella. «El 5G es como un cuadro de Picasso: cada uno ve una cosa diferente», definió Wheleer.