La evolución del tipo de cambio del euro, en una escalada imparable frente al dólar, se ha convertido en una preocupación evidente en el Banco Central Europeo. «La reciente volatilidad en el tipo de cambio supone una fuente de incertidumbre que requiere ser vigilada con vistas a su posible implicación sobre la estabilidad de precios a medio y largo plazo», admitió ayer el presidente del BCE, Mario Draghi, sin poder evitar que durante su rueda de prensa la cotización del euro haya seguido subiendo, pasando de 1,24 a 1,25 dólares, su nivel más alto en tres años. La bolsa, mientras tanto, se hundía y el índice alemán Dax, con fuerte presencia exportadora, llegó a ceder el 1,5%, aunque luego cerró con una pérdida del 0,96%.

Las palabras, más o menos diplomáticas utilizadas por Draghi en la primera parte de su rueda de prensa tras la reunión del consejo de gobierno en Francfort, se fueron agriando a medida que le llovían preguntas sobre las recientes palabras del secretario del Tesoro de EEUU, Steve Mnuchin, en Davos, a favor de un dólar débil para facilitar las exportaciones de EEUU, so pena de perjudicar las del euro. «Siempre ha habido guerras comerciales. La diferencia ahora es que las tropas están llegando a las murallas», dijo el secretario de Comercio, Wilbur Ross.

El presidente del BCE recordó el compromiso renovado el pasado mes de octubre en el seno del Fondo Monetario Internacional por los países integrantes en el sentido de «abstenerse de usar la política monetaria para influir en el cambio de divisas con fines competitivos». Y sin citar directamente a nadie, Draghi se quejó del lenguaje utilizado por «algunas personas» que «no respetan los términos acordados» después de «décadas» de relaciones internacionales.

Sin subidas de tipos a la vista / Pocas veces se ha visto a Mario Draghi en una rueda de prensa bajar tanto al terreno de lo concreto. Antes que esto, el BCE había anunciado su decisión de mantener los tipos de interés en niveles mínimos históricos, lo que implica dejar el precio oficial del dinero en el 0%; la facilidad marginal de crédito, en el 0,25%; y la facilidad de depósito, en el -0,40%. En relación con las medidas de política monetaria no convencionales, el Consejo de Gobierno decidió mantener el nuevo ritmo de compra de deuda pública y privada -a razón de 30.000 millones de euros mensuales- hasta el final de septiembre del 2018 «o hasta una fecha posterior» si fuera necesario para garantizar un nivel de inflación cercano al 2%.

Y para no alimentar la apreciación del euro, Mario Draghi descartó ninguna subida de tipos de interés este año. «Hay pocas opciones de que los tipos de interés suban en 2018», dijo. Todo ello, a pesar de haber admitido que la economía de la zona euro «se ha acelerado más de lo esperado en la segunda mitad del 2017», lo que garantiza la senda para que la inflación de la zona euro avance hasta los niveles deseados por el Banco Central Europeo, «cerca, pero ligeramente por debajo del 2%».