Recuperación, pero con menos brío del previsto. El Banco Central Europeo (BCE), tras decidir en su reunión de este jueves mantener los tipos de interés en el mínimo histórico del 0,05%, ha rebajado las previsiones de crecimiento e inflación de la zona euro para este año, el que viene y el siguiente. "La recuperación seguirá, pero a un ritmo menor del previsto", ha afirmado el presidente de la institución, Mario Draghi.

Para el presente ejercicio, la tasa de crecimiento prevista pasa a ser del 1,4% en vez del 1,5% estimado inicialmente; para el 2016, del 1,7%, en lugar del 1,9% y para el 2017, del 1,8% en lugar del 2%. Esta ralentización la atribuye Draghi al menor crecimiento en las economías emergentes. Esa evolución afecta, además de al comercio internacional, a la confianza, ha explicado el presidente del BCE, que ha recurrido al ejemplo de China para explicarlo.

Por su parte, la evolución de la inflación en la eurozona será este año del 0,1%, por debajo del 0,3% estimado en junio, mientras que para el año que viene repuntará hasta el 1,1%, cuatro décimas menos que en su anteiror pronóstico. En el 2017, la tasa de aumento de los precios será del 1,7%, frente al 1,8% anunciado en junio pasado.

Draghi ha admitido que se producirán decrecimientos de los precios o tasas negativas en los próximos meses, pero serán "transitoras" debidas al descenso de la cotización del petróleo. En todo caso ha asegurado que la entidad vigilará cualquier riesgo de desplome de los precios y matiene el objetivo de estabilidad de la inflación en torno al 2%.

CAPACIDAD PARA ACTUAR

También ha asegurado que el BCE está dispuesto y cuenta con capacidad para actuar si la situación económica empeora. A su vez ha dotado de mayor flexibilidad al programa de compra de activos por importe de 60.000 millones de euros mensuales. El programa seguirá como estaba previsto hasta septiembre del año que viene "o más adelante si es necesario" y se ha decidido elevar el límite máximo que el BCE puede adquirir de cada emisión de deuda, del 25% al 33%.

Este incremento de límite se estudiará "caso por caso", ha asegurado Draghi, que ha reiterado su disposición a emplear "todos los instrumentos a su disposición" para estimular la economía si esta lo requiere. De esta forma responde en cierta fora a las peticiones de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI).