Deutsche Bank, el mayor banco alemán y uno de los más importantes del mundo, ha confirmado este domingo que va a ampliar capital por valor de unos 8.000 millones de euros, como anunció el viernes que estudiaba hacer pero había negado antes con insistencia. La entidad busca de esta manera sanear su maltrecho balance y mantener en el grupo alguna de sus filiales más importantes, tras años muy complejos por los efectos de la crisis y, sobre todo, el coste de varios litigios legales que ha perdido.

El banco, así, tuvo que guardar el año pasado 2.400 millones para afrontar sus problema legales, tras abonar otros 5.218 millones de euros en el 2015 por la misma razón (ese año Estados Unidos y el Reino Unido le multaron con 2.200 millones de euros por haber manipulado el euribor y el libor). Ello le llevó a perder 1.402 millones de euros. Los números rojos fueron un 80% inferiores a los 6.794 millones del 2015, pero superiores a lo esperado por los analistas (688 millones).

Las pérdidas superaron las expectativas porque sus problemas legales no parecen tener fin. En septiembre, alcanzó un pacto con las autoridades de Estados Unidos para pagar 7.200 millones de dólares por las hipotecas basura, origen de la crisis, frente a los 14.000 millones propuesto inicialmente como multa. Y en febrero, también Estados Unidos le multó con 588 millones por haber ayudado a blanquear 9.343 millones de euros de origen ruso entre el 2011 y el 2015.

VOLVER A CRECER

En una nota, el grupo ha asegurado que la ampliación, una de las mayores de los últimos años, constituye un "paso adelante para fortalecerse y volver a crecer" y le va a permitir "reforzar sus raíces en su mercado doméstico de Alemania y su posición como un de los principales bancos europeos con un alcance global".

La operación le va a permitir financiar una simplificación profunda de su estructura en tres unidades. Así, fusionará su filial Postbank, el antiguo banco postal público con unos 14 millones de clientes de rentas medias y bajas que la anterior cúpula quiso vender en el 2015, con la unidad de banca privada (grandes patrimonios) y comercial (pymes), y creará una unidad independiente de banca de inversión y corporativa (empresas e instituciones).

Además, sacará a bolsa un participación minoritaria de su gestora de activos y venderá activos para lograr 2.000 millones adicionales de capital en dos años. El objetivo es reducir los costes de 24.100 millones a 21.000 millones euros en el 2021. Para lograrlo, invertirá 2.000 millones. Los planes de ajuste se anunciarán a lo largo del año. La ampliación elevará su capital al 14,1%.