El conflicto familiar en El Corte Inglés no cesa. El presidente, Dimas Gimeno, ha introducido en el orden del día del consejo de administración ordinario de hoy un plan de futuro que incluye la salida a bolsa. Gimeno trata de frenar las intenciones de sus dos primas, Margarita y Cristina Álvarez Guil, de apartarle de la presidencia. Entre ambas suman el 15% del capital; además de contar con el apoyo del principal accionista, la Fundación Ramón Areces, que tiene el 37,39%, entre otros.

En todo caso, está previsto un consejo extraordinario en junio, aún sin fecha, convocado por cuatro consejeros ejecutivos del grupo para plantear el cese del actual presidente. «Al menos el 70% del capital está de acuerdo en eso», según fuentes de la compañía, que reprochan a Gimeno «prisas de última hora».

El órdago de Gimeno, que ha empleado su potestad como presidente para introducir temas estratégicos en el orden del día, se basa en cambios en la normativa de buen gobierno y la modernización y profesionalización de la gestión, que sus oponentes le reprochan no haber desarrollado en los tres años que lleva al frente del grupo.

También trata de atraer al jeque catarí Hamad Bin Jassim Bin Jaber Al Thani, que en el 2015 otorgó un préstamo de 1.000 millones al grupo, convertible en una participación de hasta el 14% a partir de julio.

Gimeno se mantiene firme en su decisión de no abandonar el cargo ni aceptar ninguna oferta económica para poner fin a la pugna que mantiene con sus primas, con demandas judiciales incluidas.

En la reunión de hoy coincidirán todas las partes en una reunión que se prevé tensa. Gimeno cuenta con la simpatía de cargos intermedios, ya que es una empresa con una profunda tradición corporativa, y fue el sucesor designado por su tío, el fallecido Isidoro Álvarez. Pero las dos hermanas, con mayor control del capital, podrían lograr destituir a su primo, ya que contarían con el respaldo de los consejeros delegados Víctor del Pozo y Jesús Nuño de la Rosa.