El informe del Tribunal de Cuentas sobre la Seguridad Social ha destapado múltiples agujeros en el sistema de control que alimentan la picaresca. Desde hace décadas, la Seguridad Social puso en marcha el llamado "control de vivencia" para intentar frenar una práctica frecuente hace años: los familiares de un pensionista fallecido seguían cobrando durante meses o años la paga.

La implantación del sistema antifraude generó numerosas críticas dejubilados y sus familiares por la desconfianza del sistema de pensiones y por tener que ir una vez al año a la entidad financiera que le abona la paga para demostrar presencialmente que está vivo. Esos controles anuales se han incrementado a uno cada seis meses más recientemente, según ha constatado este diario con algunos jubilados.

CARTA CADA SEIS MESES

El pensionista recibe en su domicilio una carta del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) cada seis meses en la que le recuerda su obligación de someterse al control presencial ante su banco y mostrar el DNI. La entidad bancaria comunica entonces a la Seguridad Social que, efectivamente, el pensionista está vivo.

Todo ello a pesar de que ese mismo pensionista acude al banco, como mínimo, una vez al mes a sacar dinero procedente de su pensión, en muchos casos con un reintegro gestionado por un empleado de la entidad en la ventanilla. Además, desde hace unos años se producen cruces diarios y mensuales de información de fallecidos con los registros de la Seguridad Social, aunque con lagunas por falta de DNI o por no coincidencia exacta de los nombres.

La Seguridad Social recuerda, en una guía para pensionistas, que entre las obligaciones del jubilado se encuentra la comunicación al INSS en un plazo de 30 días de cualquier variación de su estado económico o "los cambios de estado civil, nacimientos, defunciones". No menciona que la obligación afecte también a los familiares del pensionista.

PÍCAROS COBRANDO DURANTE 15 AÑOS

Pero el sistema de control tiene muchas fugas. El informe del Tribunal de Cuentas cita algunos casos flagrantes. En el periodo del 2012 al 2014, el INSS dio por perdidos 10,2 millones de euros en pensiones que se habían pagado a 233 personas cuyo fallecimiento se descubrió 15 años después, con lo que esa deuda había prescrito. Además, cita 15 casos de jubilados muertos desde desde el 2009 cuyos familiares siguieron percibiendo la pensión hasta el 2014, cuando la Seguridad Social detectó a los pícaros.

El INSS argumenta en su defensa que algunas entidades bancarias no cumplen con su obligación de llevar a cabo los controles de vivencia de los pensionistas, lo que agrava el problema. Sin embargo, cuando se detectan pagos a fallecidos, la Seguridad Social ordena al banco la "retrocesión" de las pagas, es decir, la devolución del dinero. En el 2014, los bancos devolvieron a la Seguridad Social un total de 24 millones de euros y mantenían pendiente de abonar 1,1 millones.