Hasta ayer la multa a España y Portugal, aunque simbólica, parecía imparable. Finalmente, ni uno ni otro tendrán que pagar un euro pese a su deliberada inacción para corregir el desvío en el déficit público en 2015. Ni el gobierno español ni el portugués adoptaron medidas efectivas el año pasado, tal y como constataron el pasado 12 de julio los ministros de economía y finanzas de la UE, pero tras un largo debate el colegio de comisarios ha optado por rebajar la multa a cero.

Según el reglamento, el castigo es por defecto debe ser del 0,2% del PIB -entorno a 2.100 millones en el caso español- pero puede ser reducida o cancelada si las alegaciones son suficientemente convincentes. Un grupo de comisarios, liderado por el comisario de asuntos económicos, Pierre Moscovici, llevaba semanas defendiendo que las explicaciones que ha dado el gobierno en funciones de Mariano Rajoy son suficientes y que era necesario dar un voto de confianza para no perjudicar al crecimiento económico, especialmente teniendo en cuenta que no hay gobierno.

El ala más rigurosa de la Comisión Europea, sin embargo, con los vicepresidentes Valdis Dombrovskis y Jyrki Katainen a la cabeza se resistían porque consideran que ser demasiado permisivo con Madrid y Lisboa podría sentar un precedente, especialmente teniendo en cuenta que el próximo año toca evaluar los avances de Francia para poner coto a su desvío presupuestario. Finalmente, la decisión, según ha confirmado a este diario un alto funcionario europeo, es la de “cancelar” la multa.