Sobran bancos en Europa y además hay que reducir la dependencia que la economía tiene del sector. Con esta contundencia lo ha advertido este miércoles la presidenta del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) del Banco Central Europeo (BCE), Danièle Nouy, en Madrid ante un auditorio repleto de banqueros españoles, entre ellos algunos de los principales dirigentes. "Necesitamos reducir el número de bancos, porque es la manera de no repetir los mismos errores", les ha advertido.

En unas jornadas de KPMG y 'Expansión', la funcionaria comunitaria ha sostenido que el sistema bancario europeo ha crecido mucho en las últimas décadas, "quizá demasiado". Es cierto, ha admitido, que durante la crisis se ha reducido (un 20% el número de entidades, hasta las en torno a 5.000 y 300.000 trabajadores menos, hasta los 1,9 millones). Pero sigue siendo "demasiado grande" frente a los estándares internacionales: supone el 280% del PIB, frente al 88% de Estados Unidos.

Ello supone un problema, ha explicado, porque el exceso de bancos hace que asuman riesgos excesivos para competir, que el sector crezca demasiado frente a otros y capte a profesionales que no se ocupen de otros asuntos más importantes, que minimice el mercado de capitales (que permite financiarse a las empresas vía emisiones de deuda) y, sobre todo, que provoque el sobreendeudamiento de la economía ("Demasiado crédito puede ser una droga para el crecimiento").

BANCOS PERDEDORES

La consecuencia para Nouy es que hay entidades que deben desaparecer: "La competencia significa que no todos los bancos pueden ganar, algunos tienen que salir del mercado". La desaparición, ha admitido, es complicada como ha demostrado la crisis, ya que puede contagiar a las instituciones sanas. Por ello, ha apostado por las fusiones transfronterizas y ha lamentado que "no se están produciendo" (en el 2016 se registró el nivel más bajo desde el 2000 tanto en número de operaciones como en valor económico de las mismas).

Los bancos, ha explicado, son "un poquito reacios porque las fusiones son complejas, caras y arriesgadas". Entre las razones, la persistencia de activos tóxicos en "algunas partes de la eurozona", la incertidumbre regulatoria, la eclosión de la banca digital y las "barreras lingüísticas y culturales" entre países. "Hay que dejar las fusiones a las fuerzas del mercado. Nuestro rol como supervisores es crear las condiciones para que el mercado haga su trabajo", ha apuntado.

APOYO ESPAÑOL

"Todos los bancos tienen que revisar sus modelos de negocio. Quizás algunos reduzcan su tamaño, otros se fusiones y otros desaparezcan. Se trata de que tengan el tamaño adecuado para servir a la economía", ha concluido a modo de resumen la directora del MUS.

Un mensaje suscrito "totalmente" por el subgobernador del Banco de España, Javier Alonso, que ha advertido a los banqueros españoles que las fusiones transfronterizas son"deseables". El crédito, ha argumentado, solo registra una recuperación "incipiente" en algunos sectores, y paralelamente las entidades no pueden ser "complacientes" con su rentabilidad (5%, cuando el coste del capital ronda el 10%) y se enfrentan a retos como aumentar su capital, competir con las entidades digitales y mejorar el trato a los clientes tras algunas "prácticas que socavaron su confianza".