El turismo y la situación política de Cataluña tendrá un impacto negativo en el crecimiento esperado para la economía española en el 2017, según el último análisis de coyuntura económica elaborado por BBVA Research, el servicio de estudiso de esa entidad financiera. "Nuestro país cerrará el año creciendo dos décimas por debajo de lo esperado. Baleares (cinco décimas) y Andalucía, Galicia, Canarias y Cataluña (tres décimas) serán las comunidades autónomas más afectadas por las previsiones", según refleja el Observatorio Regional.

El estudio sostiene que la economía crecerá un 3,1%. Esta rebaja en las expectativas se explica a través de varios factores. Por un lado, el sector turístico está frenando su crecimiento, sobre todo en los principales destinos de playa más dependientes de los visitantes extranjeros. Además, la incertidumbre ocasionada por el entorno político catalán y la inesperada debilidad de las exportaciones de bienes, así como la de la inversión de maquinaria, son factores determinantes para explicar la desaceleración del crecimiento en 2018.

Agotamiento de los vientos de cola

De cara a 2018, la economía seguirá creciendo, pero lo hará a un ritmo menor del esperado (el 2,5%), tres décimas menos de lo previsto por BBVA Research en julio. Al agotamiento de los vientos de cola que han ayudado a impulsar la economía en los últimos años, se le unen el estancamiento en el crecimiento del turismo y dos elementos que deterioran las perspectivas: los ataques terroristas que sufrieron Barcelona y Cambrils el pasado mes de agosto y el incremento de la incertidumbre relacionada con el entorno político en Cataluña.

"La intensidad de la incertidumbre y su duración serán factores determinantes para medir el efecto de la crisis política catalana en la economía”, sostiene Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research. Los indicadores que intentan medir la incertidumbre alcanzaron, especialmente en la primera parte del mes de octubre, niveles por encima de los observados en octubre dej 2016. Sin embargo, los niveles de tensión parecen haber disminuido, lo que limitaría el impacto.

Esta incertidumbre se podría trasladar negativamente a las decisiones de gasto de los consumidores y las empresas. En el escenario más probable, Cataluña crecerá un 2,1% en el 2018, siete décimas menos de lo que se habría observado en un escenario sin tensiones y por debajo del crecimiento español.