Vienen buenos tiempos (o todavía mejores) para la banca, y por tanto peores (pero moderada y paulatinamente) para los hipotecados. La travesía del desierto en que entró el sector a comienzos del 2016, con la bajada de los tipos oficiales al 0% por parte del Banco Central Europeo (BCE) y la entrada del euríbor en negativo, enfila la recta final. La salida del túnel durará años para las entidades, pero en el 2018 ya confían en ganar más dinero con su negocio básico en España gracias al encarecimiento de los créditos.

Los ingresos primarios del sector (el margen de intereses, que diferencia entre lo que se cobra por los créditos y se paga por los depósitos) caen desde el 2014, precisamente desde que las hipotecas comenzaron a abaratarse como consecuencia de las medidas del BCE para estimular la economía. Los cincos mayores bancos (Santander, BBVA, Caixabank, Bankia y Sabadell) ingresaron el año pasado 15.512 millones de euros en España, el 1,5% menos (242 millones) que en el 2016 y el 13,5% menos (2.427 millones) que en el 2014.

El sector, sin embargo, espera que esta tendencia se revierta en este ejercicio. El euríbor subió el pasado enero respecto a diciembre del -0,19% al -0,189%, el primer incremento intermensual desde agosto del 2016. Aunque lleva 24 meses en negativo, supone un primer indicio de un cambio de tendencia. De momento, los hipotecados no lo van a notar. Pero las cuotas pueden empezar a subir en breve.

El servicio de estudios de Bankinter prevé que el euríbor suba hasta cerrar en el -0,16% el primer trimestre, el -0,1% el segundo, el -0,15% el tercero y el -0,05% el cuarto. De confirmarse, las hipotecas comenzarían a encarecerse a mediados de año, ya que estos índices tendrían que compararse con un euríbor medio del -0,103% en el primer trimestre del 2017, del -0,132% en el segundo, del -0,159% en el tercero y del -0,186% en el cuarto.