El escenario de tipos de interés en mínimos e incluso en tasas negativas está pasando factura a la rentabilidad de los bancos europeos, hasta el punto de que algunos empezarán a cobrar a sus clientes por sus depósitos. Royal Bank of Scotland ha sido el último en anunciarlo, según ha publicado el rotativo británico Financial Times. La entidad financiera empezará a cobrar a grandes clientes por guardar sus depósitos a partir del próximo lunes. El BCE cobra actualmente a los bancos un interés del 0,4% por guardar sus depósitos, lo que está generando que los bancos extiendan esta práctica a sus clientes. Además del RBS, también Postbank, filial del Deutsche Bank, ha anunciado una comisión de 3,90 euros al mes a los depósitos de sus clientes a partir del próximo 1 de noviembre. Los que cuenten con ingresos de más de 3.000 euros al mes en una cuenta quedarán eximidos de esta comisión. Por su parte, el Banco de Irlanda, con un 14% de su accionariado en manos del Estado, también empezará a cobrar a las grandes empresas por mantener sus depósitos.

Y no solo los grandes bancos empiezan a pasar la factura a los clientes. Dos pequeñas cooperativas de crédito alemanas han comenzado a cobrar un interés a sus clientes. El banco de Turingia Skatbank cobra a los clientes que depositen mas de 500.000 euros un interés de 0,25%, si la suma de todos los depósitos de un determinado cliente suman más de tres millones de euros desde la pasada primavera del 2015. La medida no afecta así a pequeños y medianos ahorradores. Sin embargo, el Raiffeisenbank Gmund & Tegernsee, de la región de Baviera, cobrará un 0,4% en concepto de comisión de custodia de las sumas de ahorros que sobrepasen los 100.000 euros. Es decir, 400 euros al año.

La confederación de bancos populares y cooperativas alemanas, (el Bundesverband der Volks- und Raiffeisenbaken) ha asegurado que no se van a aplicar estos intereses negativos de forma amplia a todos los clientes debido a la fuerte competencia del sector. También la asociación de caja de ahorros alemana DSGV se ha pronunciado en dicho sentido, aunque también recordaba que “dependiendo de la duración de la fase de tipos bajos (del Banco Central Europeo), las cajas no van a poder oponerse de forma permanente a las circunstancias del mercado”.

El periódico Berliner Morgenpost escribía, medio en broma medio en serio, el ejemplo de la caja de ahorros berlinesa Berliner Sparkasse. En este instituto el uso de una caja fuerte cuesta 59 euros cada ejercicio fiscal. Si los bancos y cajas de ahorros decidieran de la noche a la mañana que todos sus clientes habían de pagar un interés negativo del 0,4% como la cooperativa bávara, una persona que depositase ahí sus ahorros de 20.000 euros se ahorraría 21 euros al año, ya que no tendría que pagar 80 de interés negativo.