La propuesta que ha hecho el PP y el Gobierno de ampliar o mejorar el periodo de cálculo de las pensiones de jubilación es una medida de doble filo. Aunque la ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha explicado que la modificación permitiría mejorar la pensión de los trabajadores que tengan años malos de cotización justo antes de su retiro, supondría un aumento de gasto que podría provocar un freno a una mejora en la subida de las pensiones.

Después de la última reforma de la Seguridad Social que aprobó el Gobierno del PP en el 2013, el sistema público está formado por vasos comunicantes de tal manera que cualquier medida afecta en la situación global de las cuentas y, de rebote, en la fórmula fijada para calcular el índice de revalorización de las pensiones (IRP). Este índice se basa en una fórmula matemática que tiene en cuenta la evolución de los ingresos, el número de pensiones que paga el sistema público, la diferencia entre el último sueldo y la jubilación (conocido como efecto sustitución) y la corrección de las cuentas por superávit o déficit.

A la espera de que el PP o el Gobierno concreten su propuesta de ampliación del periodo de cálculo, tanto los sindicatos como los partidos de la oposición y los expertos han advertido de que la propuesta del PP supondría un aumento del gasto en prestaciones sociales al mejorar la base de cotización que se tiene en cuenta para calcular la paga.

Efectos colaterales

"El aumento del gasto en pensiones tendrá su reflejo en un menor valor del IRP o en la revalorización del mínimo, el 0,25%, durante más años. Cualquier medida que se aplique al sistema no es neutral porque el IRP recoge esos cambios", asegura Enrique Devesa, uno de los expertos que aconsejó al Gobierno en la redacción de al última reforma de la Seguridad Social. "En definitiva, lo tendrán que pagar todos los pensionistas del sistema, y no solo los de jubilación", añade.

El secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, ha intentado aclarar la confusión que rodea a la propuesta que lanzó Báñez. Según Burgos, se trata de que los ciudadanos puedan elegir la opción que más les favorezca para calcular su pensión teniendo en cuenta los 25 últimos años de cotización o bien toda la vida laboral descartando los peores años. Esa última opción solo la podrán pedir los empleados que hayan cotizado unos 38 años y que lleguen a la edad ordinaria de jubilación. "El objetivo no es salvaguardar el sistema de pensiones, que se salvaguarda con empleo y crecimiento económico, sino que sea más equitativo y justo", ha indicado el secretario de Estado.

Caída de la cotización a partir de los 60 años

A pesar de esas aclaraciones, el PSOE ha solicitado la comparecencia de Fátima Báñez en la Comisión del Pacto de Toledo del Congreso para que explique las medidas que tiene previstas para garantizar unas pensiones dignas que mantengan el poder adquisitivo y, al mismo tiempo, permitan solventar el déficit del sistema, que hasta noviembre era de casi 19.000 euros anuales.

En términos generales, la vida laboral media de los trabajadores en España atraviesa por diferentes fases. La conclusión de un estudio elaborado por los profesores de la Universidad Autónoma de Madrid Almudena Durán Heras y Fernando García Segovia es que se empieza cobrando poco, el sueldo sube hasta los 34 años, y de ahí hasta los 60 se revaloriza en menor media en el caso de los hombres y nada en términos reales si se trata de una mujer. "A partir de los sesenta habría una considerable reducción", indican los autores del estudio. La base media de cotización diaria pasa de algo más de 60 euros hasta 50 en los hombres y de 50 hasta casi 30 euros al día para las mujeres.