El Córdoba saldó su tercer encuentro veraniego con una goleada de escándalo ante el Linares, un equipo recién descendido a Tercera y con cinco entrenamientos entre pecho y espalda. Por lo tanto, ante la manifiesta inferioridad técnica y física, los azulillos decidieron intentar cerrarse lo mejor posible, renunciaron a la presión en mediocampo, obviamente, y dejaron que el Córdoba propusiese, ya que los de Carrión casi ni sudaron en defensa. En la primera parte, el bagaje ofensivo de los locales fue un centro raso de David Salido, tras una subida en solitario que, lógicamente, no encontró rematador.

A pesar de esa descompensación entre unos y otros, sí dejó el Córdoba algunos apuntes de mediocampo hacia adelante. Pinillos subió al menos una docena de veces y vivió más en el borde lateral del área linarense que en la propia. El lógico dominio se traducía también en centros peligrosos al área.

Aunque el juego por dentro no destacó sí que habría que señalar a Alejandro Alfaro. El onubense transmite mejores sensaciones que en el verano pasado y en el primer tiempo aprovechó bien los pases interiores y las asociaciones con Pinillos para darse la vuelta y generar peligro o para habilitar a sus compañeros dentro del área. De esta manera, si no era él el hombre de peligro en el área, convertía a Quiles o a Guardiola en los estiletes finales de la ofensiva cordobesista. También habría que destacarle en esa visión para el pase final: buenas decisiones e ideas en los últimos metros.

Por lo tanto, los goles eran cuestión de tiempo y la goleada, más que previsible. Abrió el marcador Sergi Guardiola en el minuto 11 tras un buen pase vertical de Alfaro, al que permitieron darse la vuelta. Dos minutos después, Aguza cortaba un amago de contragolpe linarense para enviar el balón a Álex Vallejo que, dentro del área, cabeceaba corto para que Alfaro anotara en dos tiempos. Otro buen pase del onubense, de espaldas en el borde del área, supuso el tercero del Córdoba, obra también de Guardiola (min. 31), mientras que al filo del descanso, de nuevo Alfaro servía a Guardiola para que hiciese doblete.

Si la primera parte sirvió para ver apenas esos apuntes ofensivos de lo que quiere ser este Córdoba de Carrión, la segunda ofreció algo menos aún. El debut en pretemporada de Carlos Caballero, que dio el pase para el quinto, obra de Jona (min. 50) y comprobar la clara inferioridad del adversario, que disparó por primera vez sobre la meta cordobesista en el minuto 87. Entre tanto, un estético gol, el sexto, de Edu Ramos, y ver cómo Carrión daba por primera vez 45 minutos al once titular y a otros jugadores en este período de probaturas. Pequeños detalles, sobre todo ofensivos, los que se vieron en el bolo de Linarejos.