Las aficiones británicas viven el fútbol muy intensamente. Las gradas de los estadios se convierten a menudo el escenario de un concierto formado por cánticos y gritos de ánimo hacia sus jugadores, pero a veces la realidad deja imagenes que rompen con el espíritu festivo y tradicional del fútbol británico. La tensión, los nervios y las cabezas de unos pocos a veces causan altercados como el sucedido este miércoles en el London Stadium, casa del West Ham.

Hacia los minutos finales del sorpresivo triunfo de los 'Hammers' sobre el Chelsea de Antonio Conte, en los octavos de final de la Copa de la Liga, fans de ambos equipos rompieron los cercos de seguridad y los seguidores del Chelsea intentaron llegar a la zona donde se encontraba la afición local. A partir de entonces, hinchas de los dos conjuntos arrancaron sillas y se las lanzaron a los seguidores del otro. Asientos, monedas, botellas y demás objetos cayeron sobre las cabezas de unas aficiones que convirtieron el partido en una batalla campal y en la que algunos de los implicados acabaron heridos.