No resulta fácil verle en Madrid y asociarle con otro equipo que no sea el Barça. Menos extraño parece que en su discurso no aparezca una sola referencia a Mourinho. De momento, el puto amo es Pep, que regresa al Bernabéu, un escenario de donde nunca ha salido derrotado.

No rehuyó ninguna pregunta y más que tener bien preparada la que hacía alusión al estado de Messi, dio la impresión de que su respuesta era sincera. "No es cómodo para mí hablar del Barcelona. No quiero distraerme ni distraer a nadie porque estoy lejos y no sé lo que pasa. Mi opinión sobre él es la misma, independientemente del momento por el que atraviese su equipo. No he visto nunca un jugador como él ni creo que lo vuelva a ver", indicó. Volvió a dejar claro que lo suyo es hablar de fútbol. Puede analizar a un rival hasta diseccionarlo en mil pedazos. El resto apenas le interesa. Ni siquiera la estadística que dice que nunca ha perdido en el campo del Madrid, su rival de hoy. "Mi imbatibilidad fue con otro club, en otro tiempo y en otra situación. No tiene nada que ver con el Bayern. Ahora habrá que hacer una gran actuación para ganar", apuntó Guardiola. Sabe que en el otro banquillo no le espera hoy ningún ogro capaz de hacer un monumento a lo antideportivo. No está Mourinho y a Pep le cuesta poco hablar solo de fútbol, lo que siempre eludía Mou. "El Madrid ha evolucionado en todas sus líneas. Un entrenador necesita tiempo, pero con este técnico, con estos jugadores o con otros, el Madrid siempre es el Madrid. Puede jugar un 4-3-3 o con cuatro jugadores en el centro del campo. Ramos, Xabi Alonso o Modric sacan el balón jugado y con Isco al pie o con Cristiano al espacio son muy peligrosos. Di María, Benzema, Bale y Cristiano te matan al espacio. Inentaremos defenderles y también atacarles para conseguir hacer el partido que nos convenga", manifestó Pep.