El Desierto de las Palmas es la montaña que crece en los alrededores de Castellón. Fue allí, donde en el 2011, vivió su día grande José Joaquín Rojas, al que todos llaman ‘Rojillas’ en el conjunto Movistar. Se escapó en el Campeonato de España. Y no lo hizo solo. Llevaba al más peligroso a su lado; nada menos que aAlberto Contador, al que derrotó en el esprint final.

El recuerdo motivó este lunes al Movistar para trabajar por un Rojas renqueante, con la clavícula dañada, un Rojas, que el sábado casi volvió a nacer cuando se cayó en el descenso de la Cresta del Gallo, en su Murcia del alma. Se le fue la bici en el descenso, patinó por el asfalto y tuvo la fortuna de que su cuerpo pasó justo por el hueco del quitamiedos. Tuvo la suerte de que un espectador lo frenara y evitara que cayera por el precipicio. De haber tenido una caída de espanto todo se quedó simplemente con una clavícula dañada.

Trabajó el Movistar con Alejandro Valverde, también lastimado en la clavícula, la izquierda, por el encontronazo del domingo, una caída que hasta le hizo temer por la retirada.

Pero, en ocasiones, como este lunes, el trabajo en equipo no sirve porque no se corre solo y porque otros conjuntos quieren lo mismo. Solo puede ganar uno. Y la suerte le correspondió a uno de esos corredores que salen poco en los papeles, de los que da la sorpresa, como ha sido el italiano Kristian Sbaragli, integrante del equipo sudafricano Qhubeka, escuadra que ya ha perdido el miedo a ganar en las grandes vueltas y que recompensa con victorias la gentileza de haber recibido una invitación por parte de la organización.

En el Tour lograron la victoria en la etapa de Mende gracias al británico Stephen Cummings y ahora en la Vuelta se ha repetido la experiencia con Sbaragli. El Qhubeka se da a conocer no solo por las pedaladas de sus ciclistas si no por la acción solidaria que realizan al reunir bicicletas para que las niñas de Sudáfrica, que viven en poblados distantes de las escuelas, se puedan trasladar al colegio.

Sin cambios en la general, con el holandés Tom Dumoulin vestido con el jersey rojo y Purito Rodríguez como segundo de la clasificación, la Vuelta vivirá el martes la primera jornada de reposo. Será en Andorra. Será la antesala a la gran etapa pirenaica, bautizada como lo nunca visto en montaña en una ronda de tres semanas.