Tras un comienzo de liga excelente, una racha ha llevado al Celta en 10 jornadas a cambiar el objetivo momentáneamente, a vivir la realidad e intentar alejarse de la zona peligrosa de la tabla. Quizás desde todas las atalayas se había sobrevalorado a una plantilla cuyo objetivo debe ser crecer y asentarse definitivamente en Primera. Esta situación hace que otros equipos vinculados con la permanencia como objetivo encuentren argumentos para pelearla y hacer del resto del campeonato un buen espectáculo de incertidumbre y competitividad.

Un Celta que dio continuidad a algunas ideas futbolísticas desarrolladas por su anterior entrenador y muy del gusto del club. Berizzo ha seguido esa línea pero estas formas se están cayendo semana tras semana en las diez últimas. Un modelo de juego basado en la posesión y el inicio del mismo desde cualquier situación a base de juego combinativo y una proyección en ataque con velocidad y desborde.

Un estilo o modelo New Made in Spain , parece obligado jugar 1-4-3-3 y si no, no eres nadie. Doctores tiene el fútbol y los entornos que lo manejan, cómo no, incluida la prensa, con Sergio bajo palos, joven, algo inexperto en Primera y fruto de numerosas situaciones que, sumadas a su trabajo, le dan como titular a día de hoy. Rápido, felino y con buen manejo con los pies, su línea de cuatro en defensa con Jony (Hugo Mallo), Cabral, Fontas (Sergi Gómez) y Planas, una línea con dos laterales obligados a llegar en ataque y dos centrales con buena salida de balón, algo lentos en ejecución, velocidad y, por momentos, hasta demasiado contemplativos para ser defensas centrales. Por delante cuenta con un único mediocentro especifico, Radoja, trabajador pero con carencias situacionales a nivel táctico, secundado por dos buenos jugadores que no atraviesan un buen momento, aunque con calidad y experiencia como son Kron Dheli y Augusto, encargados de maniobrar en la creación y suministrar juego a sus tres más avanzados: Nolito por izquierda y abierto, al igual que Orellana por derecha y Charles como nueve. Veloces, desequilibrantes y con buenos movimientos en diagonal de los extremos. Comentaría el bueno de Serafín Tobajas, cordobés y serrano: "Aquí, míster, tenemos partido".