El Valencia derrotó al Sevilla por 3-1 y le arrebató la cuarta plaza de la clasificación, en un partido en el que los locales se mostraron más efectivos en el remate en un polémico duelo, en el que el árbitro pitó tres penaltis en la primera parte y fue muy protestado por ambos conjuntos. No fue un partido de gran calidad futbolística pero sí muy intenso por parte de los dos equipos. El primer acto no tuvo ritmo de juego pero fue vertiginoso en cuanto acciones. De un 2-0 en contra, el Sevilla dispuso, en apenas cuatro minutos, de dos penaltis a su favor, pero de nuevo el portero brasileño Alves fue vital al parar el segundo a Bacca.

Sin que ninguno de los dos equipos se decidiera a coger los mandos del partido llegó un penalti de Diogo a Negredo, que transformó Parejo para adelantar al Valencia en el marcador.

Tras el tanto local, el Sevilla se hizo con la posesión del balón, aunque con un juego excesivamente horizontal. Las numerosas faltas impedían que el partido tuviera ritmo, pero un nuevo chispazo del Valencia, le permitió ampliar su renta.

Con muy poco el Valencia se veía con ventajoso marcador, aunque poco le duró la alegría. El colegiado Jaime Latre castigó tres minutos después con una pena máxima una acción de Parejo sobre Diogo. Bacca recortó distancias.

El Valencia ofreció una mayor elaboración en su juego en el segundo tiempo y a los diez minutos de nuevo se distanció en el marcador con un gol de Javi Fuego, que puso el definitivo 3-1 en el marcador.