1 - Córdoba CF: Carlos Arias; Fernández, Gaspar, Tena, Fuentes; Borja García, Javi Hervás (Caballero, min. 70), López Garai, Quero (López Silva, min. 61); Charles y Patiño (Pepe Díaz, min. 78).

0 - Real Betis: Fabricio; Chica, Ustaritz, Amaya, Tosic; Cañas, Matilla (Iriney, min. 75), Juanma, Jefferson Montero (Momo, min. 82); Santa Cruz (Pozuelo, min. 70) y Jorge Molina.

Gol: (90') Centro de Fernández que cabecea Pepe Díaz, casi rozando el balón, a la red.

Arbitro: Delgado Ferreiro (C. Vasco). Desigual en la ventaja y dando bula a la defensa rival para las faltas reiteradas. Amonestó a Fernández (84') por parte blanquiverde, mientras que por la bética fueron amonestados Amaya (11'), Tosic (25'), Ustaritz (41') y Cañas (81').

Campo: Estadio Municipal El Arcángel. 7.300 espectadores que dejaron en taquilla 137.000 euros. Terreno de juego con el aprobado raspado.

A este Córdoba hay que echarle por delante el equipo de Primera, el mejor del que se pueda disponer. Y a tope. A este Córdoba no le asustan los nombres. Ni el del club que toque ni el de cada uno de los componentes del conjunto al que se enfrente. En definitiva, este Córdoba, como los toros serios y complicados, como decía el matador, "pide el carné". Esa es la lección que aprendió anoche Pepe Mel.

Paco Jémez volvió a su génesis: dos puntas (Charles y Patiño) y una pareja escalonada en la medular formada por López Garai y Javi Hervás. En las bandas, Borja y Quero, que dio descanso a López Silva pero no tuvo su noche, todo hay que decirlo. Por su parte, el Betis saltaba con un once que difería del habitual, pero con hombres como Jorge Molina, Roque Santa Cruz, Juanma o Cañas. El problema de la escuadra verdiblanca es que sus debilidades, esas que intentó disimular durante gran parte del encuentro, fueron sacadas al aire sin disimulo por un Córdoba que cuajó una notable primera parte, aun sin ser del todo el equipo que se mantiene en puestos de eliminatoria de ascenso a Primera. Vuelve a parecerse. Regresa a su camino, ese que nunca debió abandonar. Y por esa senda demostró que el rival tiene elementos que no están (casi) ni para sacar del centro del campo. En concreto, con dos de ellos bien haría el cuerpo técnico bético en quitarle el librito con los conceptos tácticos a aprender y regalarles para Navidad El método Dukan . No es de recibo.

Por ello, el Betis intentó plantear un encuentro al paso, sin excesivos picos de euforia y cortando el juego blanquiverde de cualquier forma. Y eso es lo que hizo en defensa bajo la aquiescencia de Delgado Ferreiro. Nuevo apunte a repetir y a apuntar por parte de los cordobesistas (no es la primera vez que ocurre y que se recuerda): si en 40 minutos tres de los cuatro defensas están amonestados hay que forzar, llegar al límite, comprometer, colocar en el filo de la navaja a esa zaga a la que ya no le queda otra. Porque Tosic, por ejemplo, debió irse a la ducha media hora antes de finalizar el partido como mínimo.

El Córdoba se encontró con la paradoja: a los 10 segundos de partido pudo ya desnivelar el marcador por medio de Charles que, solo ante Fabricio, tiró al muñeco . Y cuando quedaban 10 segundos para que el electrónico señalara el minuto 90 fue Pepe Díaz el que hacía justicia (rácana) en el marcador tras un gran centro de Fernández que el cuco tocó de cabeza, apenas rozando con la testa el esférico, para que éste saliera completamente cruzado al palo al que era imposible que llegara el meta verdiblanco.

En esa primera parte el Córdoba probó de todo: atolondrar al rival combinando en banda por medio de Borja, mandarle balones a Charles en la frontal del área (genial el arabesco que realizó para habilitar a Patiño, que no llegó por muy poco) y centros desde la banda con incorporaciones de Cerra y de Fernández. Por probar, hasta dio medio pasito atrás para dejar divagar ese tran-tran bético para intentar cogerle a la contra. Pero no hubo forma. Injusta igualada en el descanso y más injusta (si hubiera finalizado en gol) una de las dos ocasiones visitantes al volver de vestuarios.

Entre ese inicio y el final, la mayoría del segundo acto estuvo marcada por la falta de precisión local y por el triste cariz que tomaba el juego rival: saques en largo de Fabricio o, en su defecto, pelotazos de sus centrales buscando a Molina o Santa Cruz. No había otra posibilidad. O ellos o, con suerte, segundas jugadas. Incluso, los béticos hicieron amago de partirse en algún que otro momento. Por su parte, el Córdoba llegaba, aunque con menos claridad. Pero los cambios surtieron efecto.

Incluso en el minuto 90 los de Jémez buscaban juego. Garai, López Silva, Caballero... El balón termina en Fernández, que corre la banda y lanza un centro perfecto para que Pepe convierta en mágica una noche, una temporada, un final de 2011 muy opuesto al inicio de año en la casa blanquiverde. Un Córdoba que empequeñece a un rival de Primera y que busca su particular premio gordo de Navidad.