Los momentos vividos alrededor de la compraventa del Córdoba desde el miércoles a mediodía, cuando los representantes de Azaveco se negaron a firmar la escritura de traspaso del paquete mayoritario de acciones, hasta la rueda de prensa del viernes ofrecida por Carlos González dejaron en el ambiente -sobre todo por las afirmaciones del aún máximo accionista del club- que el proceso de transformación en la entidad blanquiverde no se vería en enero y que, en todo caso, ese proceso se contemplaría en junio y muy probablemente con el equipo en Segunda División B.

Sin embargo, según pudo saber este periódico, no todos los puentes fueron quemados y los contactos se han mantenido a pesar de que la maquinaria legal de unos y otros está en marcha. Posiblemente, en que los contactos entre Carlos González y Jesús León se hayan mantenido en estos últimos días -aunque con menor intensidad- tenga mucho que ver el buen concepto que tiene el máximo accionista del Córdoba del empresario montoreño, algo que nunca ha ocultado. Entre otras cosas, porque León nunca ha pretendido otra cosa que hacerse con el club. Incluso en el primer trimestre del 2016, en su primer intento claro de ser el máximo accionista del Córdoba, tuvo buenas palabras para González y tan solo se limitó a advertir que siempre estaría dispuesto a comprar el paquete mayoritario de acciones del Córdoba y que, entonces, González tenía una oferta con condiciones y en tiempo y que solo se limitaba a esperar su respuesta.

A pesar de que González le dio calabazas, la relación de ambos se mantuvo, ya que desde hace unos cinco años incluso tuvieron intereses comunes. Grucal, empresa de León, fue la señalada para realizar la fallida ciudad deportiva en el Parque del Canal y, por si fuera poco, también reconstruyó por completo la casa particular del máximo accionista de la entidad blanquiverde cuando ésta se incendió.

Por lo tanto, más allá de la carga de importancia de los contactos, éstos no se han perdido en estos días entre González y León, a pesar del desencuentro. Un desencuentro en el que mucho ha tenido que ver, si nos atenemos a las declaraciones de unos y otros, Luis Oliver. Tanto es así, que el propio González aseguró en la rueda de prensa del pasado viernes: «Lo lamento por Jesús León, que es una persona que quiere ser y ha luchado para ser presidente del Córdoba, pero se ha equivocado de compañero de viaje». Es más, González prosiguió aseverando que «cuando empezamos a negociar con León nunca se nos dijo que Oliver iba a entrar en la operación; solo se nos dijo cuatro días antes de firmar». La reacción por parte de la familia González fue la de pedir «garantías suplementarias» por la presencia de Oliver, aunque «finalmente no lo hicimos por confianza en León».

A pesar de los distintos movimientos legales -León y Oliver enviaron un burofax instando a Azaveco a firmar el lunes 22 de enero o antes en la notaría de Madrid- en los que están ahora inmersas ambas partes, lo cierto es que el contacto entre Carlos González y Jesús León no se ha perdido. Y, de hecho, a pesar de la rueda de prensa que dio el primero el pasado viernes, no se puede descartar todavía por completo una resolución en forma de transacción de acciones del club en los próximos días. No será fácil. Pero es la última opción para el Córdoba.