Seis jugadores juveniles del Deportivo Córdoba --entre 16 y 17 años-- interpusieron ayer una denuncia por las agresiones sufridas tras el partido de Tercera Andaluza juvenil disputado el pasado sábado ante el Peñarroya. A su denuncia se sumó la interpuesta por el árbitro del encuentro, que acabó convertido en una auténtica batalla campal.

En menos de 48 horas, fue registrada una tercera denuncia por violencia en un partido de fútbol base cordobés. Un árbitro de 18 años de un partido de prebenjamines --niños de 6 años-- denunció a uno de los padres por agarrarle del cuello, zarandearle y amenzarle, tras el encuentro entre el Salvador Allende y el Atlético San Lorenzo, el domingo por la mañana.

En el caso del Peñarroya - Deportivo Córdoba, todo comenzó cuando, tras el pitido final, varios jugadores se enzarzaron en una pelea. La tangana provocó la entrada al campo de buena parte del público, la mayoría jóvenes. Entre golpes y confusión, dos madres del Deportivo tuvieron que ser trasladas al hospital, una de ellas se desmayó y la otra sufrió una crisis de ansiedad.

Seis de los jugadores del Deportivo acudieron ayer lunes con sus padres a la comisaría de la Policía Nacional en Campo Madre de Dios, donde presentaron sus respectivos partes de lesiones y denunciaron los hechos. En la denuncia no se identifica a nadie en concreto.

Por su parte, el árbitro, de 25 años, abandonó el campo escoltado por la pareja de la Guardia Civil y con un corte en la ceja tras ser golpeado por al menos un aficionado. En su denuncia, no identifica al agresor, pero sí a varios jugadores y directivos de ambos equipos que le protegieron ante los violentos hasta que llegó la Guardia Civil.

El Peñarroya no ha denunciado. Anoche, su presidente, Manuel Fernández, señaló que "estamos tranquilos porque no hemos hecho nada". Sí reconoció la invasión del campo tras un partido caliente --con siete amarillas y una roja-- y, sin señalar a nadie en concreto, lamentó que "muchos padres se creen que sus hijos son Messi y Ronaldo y son los que los incitan".

Desde el Deportivo Córdoba, el entrenador del juvenil B, Rafael Alcaide, lamentó "unos hechos vergonzosos. En mis 14 años de entrenador y 12 de futbolista no he visto nada parecido", dijo.

La Delegación de Arbitros de Córdoba advirtió ayer en un comunicado de que, "tras los altercados de esta semana", cuando sea necesario avisar a la policía, se instará a los agentes a comprobar si en las instalaciones deportivas se está vendiendo alcohol, con los que los clubs serían gravemente multados.