Ni Bartomeu ni mucho menos Messi. El sujeto elegido por la grada del Camp Nou para descargar el desencanto por el declive del equipo fue Cesc Fàbregas. Los pitos se dirigieron al centrocampista de Arenys en el reencuentro con la hinchada después de tres partidos fuera de casa con tres derrotas en los que se han perdido dos títulos y medio: la Champions en el Calderón, la Liga en Granada y la Copa del Rey en Mestalla.

Valorado por sus goles y por sus asistencias, el descenso de la productividad de Cesc invita a señalarle como uno de los factores que explicarían la caída del Barça. La teoría de las malas segundas vueltas del centrocampista se ha repetido: desde enero ha marcado cuatro goles, ni la mitad de los diez que consiguió entre agosto y diciembre. El mismo fenómeno se produjo en su primera campaña. De ser cierta la teoría que asocia el bajón de Cesc con el del Barça, al mismo tiempo quedaría en evidencia la ausencia de jugadores que compensaran la pérdida de goles del esperable ocaso del interior.

Tata Martino quiso defender a Cesc, silbado cuando sustituyó a Xavi, aplaudido, tras el apurado triunfo sobre el Athletic, que en algún pasaje amenazó tormenta. El entrenador destacó "la valentía" y el "temple" del futbolista. "Nunca se esconde, siempre se ofrece. Siempre pide el balón y lo vuelve a intentar", explicó Martino del jugador que más ha utilizado, aunque le sustituya cuando busca una reacción.

Cesc ha participado en 51 de los 55 partidos. Uno más que Alexis, otro de los discutidos pese a que el Camp Nou aplaudió su entrega. Alexis marcó por última vez el 16 de marzo a Osasuna; la de Cesc se remonta al 9 de febrero en Sevilla. Había anotado tres en la Copa desde el parón navideño y no ha vuelto a acertar. Un gol en 15 partidos de Liga que contrastan con los 8 en los primeros 16.

Tampoco ha seguido ejerciendo de falso delantero centro, como hizo durante la ausencia de Messi, más que una vez: ante el Atlético, en el Calderón, en la vuelta de la Champions. Cesc ha jugado de interior por los dos lados, y cuando coincidió con Xavi e Iniesta eso supuso el desplazamiento de este último al extremo. El Barça perdió las mejores virtudes de Iniesta, las de Cesc e incluso las de Neymar, exiliado al extremo derecho. "No estoy acá para entender una situación que no es de fútbol", añadió Tata de los pitos a Cesc, insinuando que sea extradeportiva.