Si hay una persona que tiene ojo a la hora de descubrir futuros valores es Àngel Edo, el antiguo velocista de Gavà, a un suspiro de Barcelona, y el descubridor de buena parte de lo más dorado entre los jóvenes que ruedan en bici por las carreteras españolas. Él vio a Marc Soler por Vilanova i la Geltrú y también a Iván García Cortina por los alrededores de Gijón, donde este viernes terminó la 19ª etapa de la ronda española, donde este viernes este joven asturiano estuvo cerca de convertirse en el primer español que gana una etapa en esta edición de la Vuelta, controlada por Chris Froome, animada por Alberto Contador (de nuevo volvió a atacar, cada día porque en el diccionario particular del corredor madrileño el término jornada de transición no existe) y que este sábado asciende nada más ni nada menos que al Angliru, el último obstáculo antes de las plácidas calles de Madrid.

Cortina solo tiene 21 años y el conjunto Bahréin, que todavía no da la Vuelta perdida con Vincenzo Nibali ante Froome, le dio la oportunidad de disputar a tan temprana edad la ronda española. Y ya lleva unos días asombrando, porque Iván no es el prototipo de escalador, sino un ciclista al que le gusta más el llano y que también disfruta en carreras como la París-Roubaix, un futuro clasicómano en esencia. Un Iván que tampoco defrauda cuando se presenta en una llegada con un pequeño grupo de corredores.

Buscó la victoria en Gijón, en la última jornada de fuga consentida, primero en solitario y luego entre los supervivientes de una escapada que casi parecía un mediano pelotón. El triunfo correspondió a Thomas de Gendt, que ya sabía el significado de ganar en el Tour y en el Giro, tal vez uno de los especialistas mundiales a la hora de colarse en una fuga. Un De Gendt que se pasó el último Tour fugado día sí y día también y que generó una especie de polémica en París porque no se le otorgó el premio de la combatividad que se le concedió a Warren Barguil, tal vez más por su nacionalidad que por los méritos que había hecho.

Preparados para el Angliru

Este sábado Cortina deberá ver la última gran etapa de la Vuelta 2017 desde la barrera porque Froome tendrá que correr con la cabeza y con el apoyo de su equipo camino del Angliru. Y porque sabe que Nibali, que ya falló en la cima asturiana ante otro Chris, Horner, en la Vuelta 2013, tratará de sacar su último aliento para derrotar al británico. Un Angliru en el que Wilco Kelderman deberá defender la tercera plaza de podio ante Illnur Zakarin que le pisa los talones. Y ambos, Kelderman y Zakarin, tendrán que estar pendientes de un Contador con hambre de podio, con apetito de victoria y con ganas de volver a intentar sorprender en su última gran ascensión como ciclista.