Error, una duda, otro error, un desajuste, otra cagadita... El Córdoba que jugó ayer en Guadalajara poco tiene que ver con el que nos tiene acostumbrados, muy poco. Y, por desgracia, hubo infinidad de motivos. El Pedro Escartín, "campo de fútbol", tal y como reza en su entrada, es una instalación de las que pocas se ven en la categoría. El delegado alcarreño asegura que mide 100 metros por 68, pero se intuye que esa afirmación se parece mucho a la de algún tendero de mercado de abastos de la época de posguerra que distraía unos gramos al servir. O más. El campo castellano-manchego es el primer aliado de este Guadalajara, equipo al que solo le falta el grito de guerra de la tribu Apache cuando el árbitro da el pitido inicial. Saben a qué juegan los de morado (ayer con otros colores por causa del Córdoba, que se trajo solo la carmesí) y tienen claro cómo conseguir aniquilar al enemigo y cortar más de una cabellera. Por lo tanto, el Guadalajara salió con un par de premisas claras y, lo peor, es que las cumplió a la perfección. Una, quitarle el balón a los blanquiverdes o, en todo caso, eliminar la circulación. Tener más del 60% de posesión, dejar al rival por debajo del 40%, encajar tres goles y dar sensación de cortocircuito devuelve a la realidad a los enamorados del sobo del esférico, el toque por el toque o el pasecito que no va a ninguna parte. La melena rubia que se atusaba hasta hace pocos días este Córdoba pende sobre los banderines de córner del Pedro Escartín. El equipo de las transiciones rápidas desapareció por completo, estrellado repetidamente contra un muro y sin encontrar una puerta de acceso a la red defendida por Saizar. La otra premisa con la que saltan los alcarreños es la de provocar el fallo atrás del rival, a ser posible en la zona del área. De esos últimos metros ya se encargan Ernesto, Aníbal, Jony o Jonan.

La emboscada se adivinó desde el principio. El Córdoba llegaba con su cuarto puesto en el bolsillo y como la revelación de la categoría. El Guadalajara dio a entender que le dejaría hacer, pero fue un engaño. Durante todo el encuentro, el mejor argumento cordobesista en ataque fue la constante proyección ofensiva de Fuentes, que fue aprovechada convenientemente por el conjunto alcarreño. Por el centro, el atasco, el atranque, el balón dividido, la pelea cuerpo a cuerpo... Nada de fútbol. Los de Jémez se encontraban ahogados y, lo que es peor, sin salida aparente. Tan solo López Silva y Borja, siempre en acciones individuales y aisladas, intentaban transmitir a los más de 300 cordobesistas que se desplazaron hasta la Alcarria que su equipo seguía siendo el mismo. Pero el primer fallo, en el ajuste defensivo para el fuera de juego, terminaría con el gol de Rodri. El Guadalajara mandaba el primer aviso: no necesitaba dominar el balón, ni el juego en sí, pero si aparecía por el área o el Córdoba se despistaba lo aprovecharía. Y como los de Jémez no aprendieron la lección, a los tres minutos del primero llegó el segundo tanto. Hervás fallaba en donde está prohibido hacerlo y Ernesto aprovechaba el regalo para encarar a Alberto García, al que superó con mucha facilidad.

Con poco balón, mucha pelea y conociendo muy bien al oponente, el Guadalajara se había puesto con 2-0 en poco más de media hora tras esperar el error del rival y ser preciso en el área como un neurocirujano operando una hipófisis. Y tras el segundo, a esperar al Córdoba, que comenzó a vivir su única fase decente de todo el encuentro.

Antes del descanso, tanto López Silva como Borja intentaron echarse al equipo a la espalda, mientras que Fuentes seguía corriendo junto a la línea de cal sin resuello. Lo mejor, quizás, el pase del madrileño a Javi Hervás, que disparó duro y con intención, pero Saizar despejó a una mano a córner. También Patiño tuvo la suya justo antes de que Sureda mandase a todos a las duchas, pero el delantero desvió demasiado el tiro. De la dupla, el único que lo intentó con fe. Charles continúa marcando una línea tenue y descendente.

Esos últimos instantes de la primera mitad tuvieron su continuidad tras el descanso. López Silva disparaba, ajustado al palo, tras una combinación con Fuentes, y Hervás habilitaba a Patiño, que amagaba bien y disparaba con la izquierda. El balón se fue demasiado alto. De nuevo el lateral izquierdo y el delantero centro blanquiverdes buscaban la puerta de Saizar, pero el Guadalajara avisaba con un Aníbal que dio muchísimos quebraderos de cabeza. Y como el Córdoba volvía a mostrarse romo de cara al gol, el conjunto alcarreño le enseñó la otra cara del juego, esa en la que no hace falta abusar del balón, sino tenerlo en los 600 metros cuadrados, zona roja delante del portero, para cerrar el partido (si no lo estaba ya) tras un mal entendimiento entre Fuentes, Prieto y Alberto García.

Con un Córdoba que perdió presencia ofensiva con la salida del terreno de juego, primero de Patiño, y luego de López Silva, el partido se tornó en un quiero y no puedo de los blanquiverdes y en un aparente pasotismo de los alcarreños, que con los cambios apuntalaron el resultado y la lucha. Irónicamente, al técnico local le salió ayer el encuentro soñado durante decenas de choques por el anterior técnico blanquiverde. Al menos, Pepe Díaz anotó para dedicarlo a su padre, que lo veía desde arriba. Para lo ocurrido anteriormente hubo Terrazas con vistas.

Ficha técnica:

3 - C.D. Guadalajara: Saizar, Antonio Moreno (Ander Gago, m.60), Gaffoor, Jony, Barral, Javi Soria, Jonan, Aníbal, Rodri (Badía, m. 56), Iván Moreno (Cristian Fernández, m.72) y Ernesto.

1 - Córdoba C.F.: Alberto García, Fuentes, Gaspar (Caballero, m.77), Patiño (Pepe Díaz, m.62), Borja, Charles, López Garai, Fernández, López Silva (Quero, m.77), D. Prieto, J. Hervás.

Goles: 1-0, m.30: Rodri. 2-0, m.32: Ernesto. 3-0, m.68: Aníbal. 3-1, m.88: Pepe Díaz.

Árbitro: Sureda Cuenca (Com. Balear). Amonestó con tarjeta amarilla a Gaffoor (26), Jonan (38), Antonio Moreno (39), Jony (54), Ernesto (64), Cristian (78)y Saizar (90) por los locales, y a López Silva (20), Charles (58), D. Prieto (66) y Pepe Díaz (91) por los visitantes.

Incidencias: Encuentro de la 15ª jornada de la Liga Adelante, disputado en el campo 'Pedro Escartín' ante unos 3.500 espectadores.