Nunca es tarde si la dicha es buena. Aritz López Garai (6 de noviembre de 1980), a sus 33 años, siempre tuvo un sueño: jugar en Primera. El mismo lo reconoció en varias ocasiones. De hecho, lo hizo precisamente en su presentación con la camiseta del Celta de Vigo, donde el de Barakaldo estuvo jugando dos temporadas. "Mi sueño es jugar en Primera con el Celta", llegó a decir el vasco en aquella ocasión.

No lo logró con el conjunto gallego y se marchó a Córdoba, donde en su primer año estuvo a punto de lograr el salto en la promoción del equipo de Paco Jémez, pero cayó apeado en Pucela. Un año después se marchó hastiado a Gijón, esperanzado en un proyecto de ascenso en el que fue partícipe hasta la visita a El Arcángel. A partir de ahí, el vasco desapareció de las convocatorias y comenzaron a saltar las críticas dentro y fuera del vestuario, con lo que el de Barakaldo llamó a Carlos González para ofrecerse a volver al equipo. Fue clave en el ascenso. Rescindió con el Sporting y firmó por el club blanquiverde. Así pudo hacer su sueño realidad.

"Es la ilusión que tienes cuando empiezas en el fútbol, donde quieres llegar y tuve la suerte de hacerlo, debutar en Primera y hacerlo ante el Real Madrid", confesaba ayer el vasco después de haber jugado los 90 minutos en el Bernabéu.

Ahora le toca estrenarse en la máxima categoría del fútbol nacional como local, pero no será en el Celta, como dijo que soñaba, ni en Balaídos, sino contra el Celta y en El Arcángel, si Ferrer así lo decide.