Hace ya un par de meses, se especulaba desde aquí con la posibilidad de que el Córdoba cambiara el sistema para protegerse de la sangría de goles encajados que acucia al conjunto hoy de Carrión desde la pasada temporada. Así, se entendía antes del mercado de enero que, en caso de que llegara un carrilero había que probar con ese dibujo: si no defiendes bien, defiende con más.

La llegada de Bíttolo, dado que Cisma no cumple ese perfil y Samu de los Reyes no ha dado la talla hasta ahora, abría la puerta a esa modificación, que se vio por primera vez en un escenario comprometido como el Ciutat de Valencia, ante el Levante.

Por lo tanto, el pasado sábado estrenaba el equipo de Carrión en El Arcángel esa defensa con tres centrales y dos carrileros, aunque bien es cierto que se tuvo que tirar de Pedro Ríos en lugar del lesionado Antoñito. Y como curiosidad, son llamativos algunos datos si éstos se comparan con el último encuentro en casa, ante el Huesca, ante el que se planteó un 1-4-2-3-1, que luego se transformó en un 1-4-4-1 debido a la expulsión de Aguza en los minutos finales. Dichos datos, ofrecidos por la plataforma de scouting deportivo Instat, son reveladores de cómo el Córdoba ganó en capacidad defensiva de un encuentro a otro, aunque también deja otros datos, y no pocos, a mejorar por parte de Carrión.

Hace dos semanas, el Huesca logró dar 23 pases de finalización de jugada, de los que nueve fueron efectivos. Es decir, finalizaron en remate a portería (fuera a ésta o no) o supusieron algún peligro para la integridad del marco blanquiverde. El pasado sábado, el Córdoba dejó al Alcorcón con tan sólo siete pases de finalización, de los que únicamente tres tuvieron algún peligro. Una reducción de más del 60% de un encuentro a otro. Es significativo que en la segunda parte, el Córdoba diera un total de 235 pases, 178 de ellos con éxito (el 76%) y que, sin embargo, su adversario sólo diera 120 (la mitad) de los que 82 tuvieron éxito (el 68%). No está el Córdoba en situación de ofrecer buen juego en cuanto a lo estético para el espectador, aunque sí necesita jugar bien en lo táctico, la única manera de conseguir puntos que le alejen de la zona roja de la tabla clasificatoria.

Así, mientras que el Huesca disparó en cinco ocasiones entre los tres palos para lograr dos goles, el Alcorcón solo disparo en dos ocasiones entre los tres palos.

Pero lo cierto es que mientras que el esquema continúa pareciendo válido, no es menos cierto que necesita mejoras. Por ejemplo, en esa línea de tres centrales y dos carrileros, a Pedro Ríos le costó mucho sustituir a Antoñito, mientras que por dentro, Carrión necesitaría colocar en el centro a un jugador con mayor punta de velocidad. Para colmo, en la próxima jornada no podrá disponer de Cisma, aunque recupera a Luso y Bijimine estuvo en la sesión de recuperación del pasado domingo en la ciudad deportiva.

Otro aspecto que no se puede descuidar es el de la capacidad de llegada al área rival. El 1-5-3-2 necesita de un dinamismo por parte de los carrileros y de al menos uno de los dos interiores que, en la actualidad, no tiene el conjunto blanquiverde. La pérdida de esa llegada es evidente si se comparan los dos últimos partidos en casa, con un resultado, paradójicamente, muy diferente: Huesca (0-2) y Alcorcón (1-0). Ante los oscenses, el Córdoba sumó 30 pases de finalización de jugada siendo 13 de ellos exitosos, es decir, que supusieron algún peligro para el advesario. Sin embargo, ante el Alcorcón, la cifra cayó a 18, siendo sólo cuatro de ellos exitosos, uno de ellos, lógicamente, el del gol que supuso el triunfo. Asimismo, en la derrota por 0-2 ante los de Anquela, el Córdoba llevó el balón al área nada menos que en 53 ocasiones, aunque sólo en 22 ocasiones encontró receptor, mientras que el pasado sábado, ante los alfareros, la cifra se redujo a 35 intentos (un 33% menos) de los que 15 encontraron a un compañero.

Evidentemente, un claro ejemplo de que se gana un punto de tranquilidad defensiva aunque se debe bajar un escalón en cuanto a capacidad de llegada a la meta rival se refiere.

Posiblemente, una de las soluciones pueda estar en la limitada llegada de este Córdoba por dentro, por el centro.

Mientras que ante el Huesca realizó 33 incursiones por banda izquierda y 40 por la derecha, se quedó en 20 por el centro. No le fue mejor ante el Alcorcón en ese aspecto, ya que mientras por la zurda sumó 40 y por la derecha 32, volvió a quedarse en las mismas, prácticamente, por el centro: 22.

Pero otra, aún más complicada, será la de la mejora en los metros finales, en la del aumento de efectividad en el área rival. Y eso depende, principalmente, de la calidad. Por lo tanto, Carrión deberá mejorar esa punta de velocidad en la defensa para poder adelantarla unos metros y tener mejor distancia al arco rival, y probar que ese mediocampo tenga al menos un elemento con mayor capacidad de llegada y de remate. El ejemplo más claro en la plantilla es Sasa Markovic.

Así, en un primer análisis, se puede deducir que este último sistema le puede valer al Córdoba siempre y cuando mejore no pocas parcelas pendientes aún de evolución.