Con la excepción de la líder del conjunto, Ona Carbonell, que hoy (16.30 horas, Teledeporte) buscará su segunda medalla individual en la final de solo libre, la natación sincronizada española se ha anclado en el Mundial de Kazán (Rusia) en una peligrosa quinta plaza a apenas un año de su nueva gran reválida, los Juegos Olímpicos de Río. La prueba de solo no es olímpica, y eso agrava las cosas, ya que en las dos modalidades que se disputarán el año que viene (dúo y equipos), España no logra pasar de esta quinta posición que la sitúa permanentemente por detrás de la intocable Rusia, pero también de China, Japón y Ucrania. Hará falta un enérgico golpe de mano en esos 12 meses que faltan hasta la cita olímpica para revertir la situación.

Ayer no era un día de finales pero las calificaciones siguieron la misma tónica. El quinto puesto fue el logrado por el dúo libre de la propia Ona Carbonell, formando pareja en esta ocasión con Paul Klamburg en vez de Clara Camacho, que la acompañó en la rutina técnica. Quinto también fue el puesto de ejercicio libre por equipos, y quinto incluso el de la prueba que se estrenaba en estos Mundiales, ese dúo libre mixto que significó el regreso momentáneo de Gemma Mengual a las piscinas, en su séptimo Mundial, y el debut del joven Pau Ribes. La pareja, entre 10 países, fue quinta. Mañana intentarán escalar algún peldaño, lo mismo que el equipo libre, que se quedó a 1,8 puntos de Japón, tercera provisional.

Las siete medallas logradas en sincronizada hace dos años en los Mundiales de Barcelona, por tanto, se pueden quedar en dos, las de Ona Carbonell en solo. La nadadora reconoció ayer, tras el dúo libre con Klamburg, que habían fallado en la segunda parte de la original coreografía, basada en el tema Catched de Kitflus, debido al cansancio y la desincronización. "Hemos empezado con mucha energía, pero hemos acabado un poco quemaditas. Tenemos que mejorar para la final la segunda mitad de la rutina", reconoció Klamburg. "Un 91,7000 es una nota baja para ser un ejercicio libre", añadió Carbonell.

Menos fortuna aún que en sincronizada tuvo la participación española de ayer en los 10 kilómetros femeninos en aguas abiertas, donde se ventilaban 10 plazas para los Juegos de Río. Erika Villaécija, en su séptimo Mundial consecutivo, deberá acudir al preolímpico de Setúbal el próximo mes de junio para ganarse una plaza (se reparten 15 más) en sus cuartos Juegos, ya que ayer solo pudo ser 21.