En el ciclismo no hay secretos cuando una estrella se queda sola ante el peligro. Camuflado en la clandestinidad del pelotón se pueden esconder las penumbras pero no cuando se está afrontando un ascenso o luchando en solitario contra la resistencia del cronómetro. Ya hace días que Simon Yates es un libro abierto; el ciclista que ataca, el que controla y hasta el único que parece pasárselo en grande en un Giro que, salvo accidente o calamidad inesperada, ganará el próximo domingo en Roma.

No hay quien pueda con este joven británico de 25 años. Y ese quién no es otro que Tom Dumoulin, lejos de la fortaleza que exhibió hace un año. Habría bendecido Nairo Quintana, noqueado por el holandés en la victoria final, haberse enfrentado con él en las condiciones de este año. Solo un super Dumoulin, el que hace honor al 'maillot' de campeón del mundo de contrarreloj que llevaba puesto este martes en la ronda italiana, habría sido capaz de noquear a Yates y restarle bajo látigo del 'crono' los dos minutos largos que le llevaba de ventaja. Pues fue que no. Dumoulin no estuvo mal. Solo correcto, pero no brillante. Y así ni consiguió el objetivo de arrebar la 'maglia rosa' a su rival inglés, ni de lograr la victoria de etapa, que fue a parar a Rohan Dennis.

Los 56 segundos de oro, o mejor dicho de rosa, que Yates dispone al frente del Giro, en buena lógica, deben ser suficientes para controlar --"habrá que ser conservador", dijo desde Italia-- la prueba en las cuatro llegadas en alto, todas ellas favorables para él, entre el jueves y el sábado, donde la carrera debe quedar vista para sentencia.

La historia más reciente

Solo la historia más reciente del Giro puede jugarle una mala pasada. Hace dos años, Steven Kruijswijk, corredor holandés que vestido de rosa parecía que tenía la prueba ganada a falta de dos etapas, se dio el castañazo del siglo bajando el Agnello. Ganó Vincenzo Nibali (algún día se contará la verdad sobre el rebufo de las motos en esa etapa) la edición 2016 porque el holandés se cayó. Y casi se podría decir que desde entonces Kruijswijk no ha levantado cabeza en el ciclismo profesional.

De lo contrario, nadie parece que sea amenaza de Yates en las cuatro etapas de montaña que llegan a partir del jueves. El siguiente rival en la general es Domenico Pozzovivo y está a más de tres minutos con un Chris Froome, extrañamente irregular, que también parece eliminado en la pelea por la victoria final de la prueba. Yates es mucho Yates. Y todos lo saben. Por supuesto.

Todas las clasificaciones en la página oficial del Giro.