El próximo sábado el expresidente del Barça Sandro Rosell y su amigo, el abogado andorrano Joan Besolí, cumplirán seis meses en prisión. Y seis meses se hacen muy largos si transcurren entre los muros de Soto del Real, aunque estés bien adaptado y hayas perdido protagonismo mediático, cuyo testigo recogieron en esa prisión el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, y el que era de la Assamblea Nacional Catalana (ANC) y será el número dos de la lista de Junts per Catalunya, Jordi Sànchez.

Por eso, los abogados de Rosell presentan escritos casi a diario en la Audiencia Nacional para reclamar la devolución de los vehículos que se le intervinieron (un Mini, un BMW...) o para volver a pedir su puesta en libertad. Su letrado, el penalista Pau Molins, dijo este jueves que Sandro "es una persona optimista y está bien, pero seis meses pesan a cualquiera".

Riesgo de fuga

El último intento de pedir su libertad está ya planteado ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, pero cuenta con la frontal oposición del ministerio público. Esta será la segunda vez que la Sección Tercera de lo Penal se pronuncie sobre la situación del empresario catalán.

La fiscala Antonia Sanz considera que con los potentes negocios y amistades con los que Rosell cuenta en Senegal, China o Qatar su puesta en libertad supone un riesgo de fuga inasumible para el buen término de la investigación abierta por el lavado de 14,9 millones de euros procedentes de comisiones ilícitas obtenidas de la venta de los derechos audiovisuales de 24 partidos de la selección de fútbol brasileña.

Tanto Rosell como Besolí, cuya excarcelación también es complicada, porque tiene nacionalidad andorrana y el Principado no entrega a sus nacionales, están imputados por blanqueo de capitales y organización criminal. La jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela les envió a la cárcel al entender que formaban parte de una "organización criminal" que "se dedicó a blanquear dinero procedente de comisiones ilícitas, derivadas de la venta por parte de Ricardo Terra Teixeira (en representación de la Confederación Brasileña de Fútbol) de los derechos de la selección de fútbol de su país a una mercantil árabe con sede en las Islas Caimán, cuya denominación es Internacional Sports Eventos (ISE). Todo ello a través de un entramado de sociedades y cuentas principalmente en Andorra".

Compararse con Gónzalez

Su abogado se queja de la situación en la que se encuentra la familia Rosell. "Le han embargado todo. La familia vive de la caridad del resto de la familia. Está todo embargado: cuentas corrientes, inmuebles... Se han llevado incluso los coches para que la Guardia Civil pueda perseguir el delito. Y no se han puesto a dormir en su casa porque mira...", dijo irónicamente a Rac1. Pero la situación que describe Molins, que también refleja en sus escritos, no convence a la Audiencia Nacional, donde fuentes jurídicas la consideran difícilmente compatible con poder pagar los servicios de ese letrado y no estar asistido por uno de oficio.

Molins ha subrayado el, a su juicio, trato desigual que sufre su cliente respecto a otros imputados por corrupción, como el expresidente madrileño Ignacio González, que estuvo en prisión siete meses, o con el expresidente de la Federación Española de Fútbol Ángel María Villar, que apenas estuvo una semana. "La Audiencia Nacional se está preocupando de una entidad privada como la Confederación Brasileña de Fútbol, que ha dicho que no se siente perjudicada", sostiene el letrado.

En su recurso, la defensa insistía en este punto para defender la necesidad de poner en libertad a Rosell, pero la fiscalía sostiene que el blanqueo que se le imputa, aunque la víctima sea una entidad privada, tuvo una grave repercusión en el orden socioeconómico y en la libre competencia del mercado.

La instrucción no tiene que demorarse

Además, según las fuentes consultadas, la instrucción no tiene por qué demorarse mucho más. En la actualidad se estudia la documentación llegada de Suiza y se está pendiente de recibir una comisión rogatoria de Brasil, así como de tomar declaracion al exfutbolista Romário.

"Se ha ofrecido a declarar. Es senador en Brasil y presidió una comisión sobre corrupción en Brasil. Este señor que odia a Teixeira, y parece que a Sandro, llamó a la Audiencia Nacional y dijo, ‘si queréis vengo a declarar’. Lo citaron para el 16 de noviembre pero llamó para decir que no podía venir. Dijo: ‘Puedo venir tal día, tal día y tal día’. La jueza le citó el último. Pudiéndolo citar para diciembre escoge el último día que propone el testigo", se quejó Molins. La diligencia previsiblemente se hará al final por vídeoconferencia.