En el 2006, Magdalena Rybarikova se dio a conocer en Wimbledon al llegar a la final júnior que perdió con la danesa Caroline Wozniacki. Desde entonces, cada año que volvía a las pistas caía en primera ronda, a excepción del 2015, cuando ganó dos partidos. Ahora, a los 28 años, la tenista eslovaca ha protagonizado la gran sorpresa del torneo alcanzando las semifinales por primera vez en 56 participaciones en torneos de Grand Slam, además de eliminar en segunda ronda a la checa Karolina Pliskova, que el lunes será la nueva número 1 mundial. A Garbiñe Muguruza le espera en la central este jueves una rival que no tiene nada que perder y que ha sido "invisible" durante muchos años para la mayoría de aficionados.

"Desde pequeña soñaba con algo así. Wimbledon es mi torneo preferido y la hierba, mi superficie favorita, pero ciertamente los resultados aquí nunca habían sido los que imaginaba. He caído ocho veces en primera ronda, pero cada vez que venía pensaba que podría superar esa mala racha. Al fin lo he conseguido", explicaba Rybarikova tras eliminar en cuartos de final a la estadounidenseCoco Vandeweghe y antes de enfrentarse a Muguruza por una plaza en la final.

DOS LESIONES PARA RETIRARSE

Rybarikova (Piestany, 1988) ha escrito ya la mejor actuación de su carrera. "He ganado títulos --Washington 2012-13, Menphis 2011 y Birmingham 2009-- pero ninguno es comparable a lo que he hecho en Wimbledon. Soy muy feliz y vivo un sueño, pero no quiero que se acabe. Lo daré todo para seguir. Los milagros son posibles", decía la tenista eslovaca, número 87 mundial, que llegó a pensar que debería dejar el tenis cuando hace un año pasó por el quirófano por una lesión de ligamentos de la rodilla derecha y, un mes después, de la muñeca izquierda. Cayó al puesto 453 del mundo. Nadie pensaba que volvería e incluso cuando en la Copa Federación de este año fue a animar a sus compañeras, alguién le pregunto "¿Pero aún juegas?". Se sintió invisible.

"Pensaba que nunca volvería a jugar pero he trabajado como no había hecho antes para remontar y mira, estoy en semifinales de Wimbledon", decía con orgullo la tenista, que tiene un perro llamado Dolor y que admira "a Martina Hingisy a la reina de todas, Steffi Graf, aunque mi juego nunca ha tenido nada que ver con ellas", admite.

19 VICTORIAS Y UNA DERROTA EN HIERBA

Rybarikova tiene un saque y una derecha potentes y un revés cortado que en hierba hace mucho daño. Es talentosa pero mentalmente inestable y tenía poca capacidad de sufrimiento, aunque eso parece que lo ha superado en Wimbledon. A sus 28 años y después de sufrir ha conseguido llegar a un estado de "tranquilidad y relax" que le permite sentirse bien en la pista.

Es la primera en destacar a Muguruza como favorita, pero también lo eran Pliskova, Monica Niculescu, Lesia Tsurenko,Petra Martic y, por último, Coco Vandeweghe, a las que ha ganado en Wimbledon. "Vi el partido de Muguruza con Kuznetsova y jugó muy bien, agresiva, sólida, me impresionó", valora antes de enfrentarse a la hispanovenezolana. "Tengo ganas de jugar este partido. Estoy ante una gran oportunidad y no tengo nada que perder. Este año en Wimbledon todo es posible". Este año lleva ganados dos títulos ITF en hierba y 19 victorias por solo una derrota en las semifinales de Nottigham, ante la británica Johana Konta, también semifinalista en este Wimbledon y que se enfrentará a la veterana Venus Williams.

Desconocida para el gran público, Muguruza si que conoce a Rybarikova y su calidad tenística. De momento la ha ganado dos veces en el circuito pero perdió en Birmingham, sobre hierba, en el 2015 (6-3, 6-1). En el Abierto de Australia del 2013 sufrió para derrotarla (14-12 en el tercer set). "Si está en semifinales es porque está jugando bien. La conozco, sé cómo juega y cómo afrontar el partido", decía Muguruza. En juego está la final. Un sueño para las dos.