El piloto italiano Valentino Rossi (Yamaha), nueve veces campeón del mundo y que este año, de nuevo, persigue su décimo cetro en dura competencia con los españoles Maverick Viñales (Yamaha), Marc Márquez (Honda), Dani Pedrosa (Honda), Jorge Lorenzo (Ducati), el británico Cal Crutchlow (Honda) y el francés Johann Zarco (Yamaha), se recupera, poco a poco, en su mansión de Tavullia del accidente sufrido, hace una semana, cuando se entrenaba practicando motocross en la pista de Cavallara de Mondavio, en la provincia de Pésaro Urbino, cerca de su residencia. Todo parece indicar que, tras pasar la revisión médica mañana, en la clínica del circuito de Mugello, donde este fin de semana se celebra el Gran Premio de Italia, el Doctor podrá tomar parte, este viernes, en los primeros entrenamientos oficiales de la sexta prueba del Mundial.

MUY BIEN ACOMPAÑADO

Rossi, que fue internado durante 24 horas en un hospital de Rimini después de haberse ido a su casa creyendo que no había sufrido lesión alguna aunque sí un golpe muy fuerte en el pecho, debió de ser tratado de un traumatismo torácico abdominal, que aún ahora le produce cierto malestar en el hígado y riñón, aunque el piloto se encuentra mucho mejor a medida que pasan las horas y ayer ya empezó a hacer ejercicio físico, aunque aún no se atrevió a subirse a la moto junto a los muchachos de su Academia, que siguen entrenándose estos días en su rancho, donde mama Stefania ha acudido a cuidar a su hijo mayor.

Todo parece indicar que Rossi acudirá mañana a Mugello, sujardín preferido y el circuito donde, el domingo, se citarán más de 100.000 aficionados, el 85% fans suyos, para pasar reconocimiento médico con los doctores del trazado italiano que, con toda seguridad, le darán el visto bueno para que, en la mañana del viernes, pueda subirse a la moto y probarse. La sensación es que muy mal debería de encontrar Vale para que no participase en el gran premio que más ilusión le hace correr y en el que están en juego un buen puñado de puntos, muy necesarios para seguir aspirando al título tras el cero protagonizado, en el trazado de Le Mans, hace diez días, cuando, peleando por la victoria con su compañero de equipo, Maverick Viñales, se fue al suelo faltando solo dos vueltas y yendo segundo.

TODOS SON OPTIMISTAS

Uccio Salucci, su amigo del alma, no ha querido explicar detalles de la recuperación de Rossi, pero sí ha confesado que “el que conoce a Valentino sabe que muy mal tendría que estar para que no intentase ponerse a prueba en Mugello y tratar de agradar a los suyos con una gran carrera”. Uccio, que no se ha separado ni un minuto de Vale, reconoció que la noche que pasó en el hospital de Rimini fue por prudencia, ya que el traumatólogo Giannicola Lucidi prefirió tenerlo controlado en el centro, tras comprobar que no se había roto ningún hueso, que permitirle regresar a casa antes de hora.

Esta es la tercera vez que el piloto de Tavullia sufre una caída seria practicando motocross, especialidad en la que también han sufrido daños este año Héctor Barberá y Àlex Rins, que todavía no ha regresado a la competición. El primer incidente de Rossi fue en abril de 2010, cuando en su último año en Yamaha (cuando, posteriormente, sufriría la grave fractura de tibia y peroné de la pierna izquierda), se rompió la clavícula derecha. Y, en octubre de 2014, después del gran premio celebrado en Misano, en otro entrenamiento se fracturó el dedo índice de la mano derecha, lo que no le impidió acabar tercero, pocos días después, en Motegi (Japón).