Jorge Romero no conoce la derrota. Desde que el cordobés tomó las riendas del filial, el Córdoba B todavía no sabe lo que es perder, lo que le vale para seguir estando fuera de los puestos de descenso. Hoy ha vuelto a imponerse en casa, esta vez ante el Linares y con Remontada incluida. Un triunfo que, además de permitir tomar cierto oxígeno en la tabla, da un soplo de moral a los blanquiverdes, con algo más de margen sobre la zona de descenso, pero aún en peligro.

La afición visitante, hermanada con parte de la hinchada blanquiverde, se hizo notar de lo lindo. De los mejores desplazamientos que se han visto en El Arcángel en lo que va de temporada. Y eso se empezó a notar en el campo. No obstante, fue Sebas Moyano, que salió de inicio pese a haber jugado los últimos 15 minutos del partido ante el Numancia en Segunda, el que primero pudo abrir la lata. Una magnífica jugada de Javi Galán acabó buscando al canterano, que probó con un acrobático disparo que se estrelló contra la madera. Una lástima porque pudo ser el broche a un fin de semana redondo para el de Villanueva del Duque.

Sin embargo, los jienense se adelantaron en el marcador por un error en la salida de balón del filial, que también insiste -como todos los equipos del club- en sacar el balón jugado desde atrás. Una mala conexión y regalo para el rival. Chus Hevía se plantó solo ante un nervioso Valera que nada pudo hacer.

Además, los de Linares pudieron abrir brecha en el marcador. Joselu tuvo otro mano a mano con el que va a ser el portero titular los próximos meses ante la lesión de Vito, pero el exblanquiverde no estuvo afortunado para matar a un filial tocado.

El que no perdonó fue Alberto Quiles, que marcó sin querer para volver a meter al equipo en el partido. Ni tan siquiera se dio cuenta de que el rechace del meta visitante había tocado en él cuando sus compañeros corrieron a abrazarlo para celebrar el gol.

Ya en la segunda parte, el delantero sí que estuvo acertado para marcar el gol de la remontada con una buena asistencia de Javi Galán, en una jugada iniciada por José Antonio González.

A partir de ahí, el filial se limitó a no sufrir atrás y, de hecho, lo consiguió. Una buena intervención defensiva de González fue de lo poco que tuvo que hacer el B para mantener la renta. Una renta que, por cierto, pudo ser aún mayor, pero los de Jorge Romero no supieron conducir bien las contras claras de las que dispusieron.

La próxima semana, visita a la histórica Condomina.