La escudería Red Bull mostró su velocidad durante los entrenamientos libres del Gran Premio de Azerbaiyán, en Bakú, con el australiano Daniel Ricciardo segundo en la primera tanda y líder en la segunda, mientras que Ferrari jugó al despiste, con el líder, el alemán Sebastian Vettel lejos de cabeza.

En la primera toma de contacto con el asfalto del circuito urbano de Bakú, marcada por la falta de agarre y la continua visita de pilotos a las escapatorias de las curvas del trazado, especialmente la tercera y la decimoquinta, Red Bull presentó sus credenciales a llevarse la segunda victoria seguida.

Lo hizo Ricciardo, ganador en la última prueba en el Gran Premio de China y también en la edición de 2017 de la carrera de la capital azerí, que ayer arrancó la mañana con el segundo mejor registro de los primeros entrenamientos sin usar los neumáticos ultrablandos, a apenas 35 milésimas del Mercedes del finlandés Valtteri Bottas.

En la segunda sesión, ya con la goma teóricamente más veloz en su monoplaza, Ricciardo realizó el mejor tiempo final, con una ventaja de menos de una décima sobre el Ferrari de otro finlandés, Kimi Raikkonen.

En Ferrari, pareció que jugaron al despiste en busca de probaturas para la clasificación y la carrera, ya que en la primera sesión ninguno de sus pilotos estuvo entre los nueve primeros: el tetracampeón mundial y actual líder, Vettel, fue décimo habiendo usado solo los ultrablandos, y Raikkonen decimoquinto.

Por parte de Mercedes, un viernes de rutina en el que Bottas fue el más rápido de la primera sesión con Hamilton, tetracampeón mundial, cuarto en la tabla, ambos con el mismo uso de neumáticos. En la segunda, Bottas fue cuarto y Lewis Hamilton quinto.

El puesto de primer piloto del resto, aquel que lidera a aquellos equipos que no son Mercedes, Ferrari y Red Bull, correspondió por lo visto al bicampeón mundial español Fernando Alonso, que situó su McLaren-Renault séptimo en la primera tanda y sexto en la segunda. Dos sesiones productivas para el asturiano.