Vuelta a casa. Una expresión con connotaciones tan positivas, pero que cuando se trata del Córdoba puede generar auténticos quebraderos de cabeza. Primero, porque Caballero "volvía a casa" y, entonces, no hacía falta presentar el tránsfer internacional del madrileño, según creyó con una tremenda falta de criterio el club. Segundo, porque los de José Luis Oltra vuelven a verse las caras con la afición blanquiverde después de la mala imagen presentada ante el Lugo, en Copa, epílogo de la pobre y desafortunada actuación ante el Alcorcón. Con el ruego y la suplica de silenciar los pitos, si es que fueran necesarios, hasta terminar el encuentro, se presenta este Córdoba, teórico aspirante al ascenso, ante la Ponferradina. Los del Bierzo, un conjunto sin el cartel del Valladolid o Del Zaragoza, pero con el maillot verde de la regularidad: en los últimos años siempre han rozado la promoción. Así pues, ante un bloque sólido, compacto, el menos goleado de la categoría de plata, tendrá el Córdoba que reconciliarse con su afición.

La semana viene marcada por las malas noticias en la entidad blanquiverde que han eclipsado, en parte, la sorprendente victoria en La Romareda, donde un Córdoba astuto, templado y con criterio, se impuso a la contra al Zaragoza para lograr el segundo triunfo ante otro de esos rivales llamados a estar arriba. Pero no hay jornada tranquila en el seno blanquiverde. Se confirmaron los peores presagios con Xisco, el delantero que marca diferencias: mínimo un mes de baja por una rotura en el sóleo. Y, a finales de semana, se supo que un error en la tramitación de la licencia de Carlos Caballero dejaba al mediapunta sin vestirse de corto hasta enero. Víctor Pérez, que incluso se cayó de la convocatoria para el viaja a Aragón ante su estado físico, tendrá que entrar a sustituir al vallecano. En cualquier caso, ninguno de los dos se había ganado la titularidad.

Porque, al fin y al cabo, 19 jugadores son los que tiene Oltra y dan hasta para un descarte. Arturo, descartado por el club en verano, sigue sin entrar en la lista de convocados. Raúl de Tomás, desde su llegada, le ha ganado la partida al delantero cartagenero, que, visto lo visto, tampoco era tan descabellada su salida con el mercado abierto. El atacante de origen dominicano y cedido por el Real Madrid se perfila como titular para acompañar a Florin Andone. Ninguno de ellos ha logrado marcar aún.

El técnico advirtió de que no habría muchos cambios, con lo que lo normal es que Razak, que se marcó un partido bastante completo en su última comparecencia, se quede bajo palo. En defensa no hay muchas dudas: son cinco jugadores y juegan cuatro. Dalmau es el que se quedaría fuera, aunque aún está la posibilidad no empleada de probar con Stankevicius en el eje de la zaga liberando la derecha.

En el doble pivote, lo más efectivo ha sido de momento la pareja Luso-Markovic. El serbio es de los jugadores que mejor se han visto, mientras que el maño se ha mostrado algo más irregular. Gálvez tendrá que esperar. Las bandas, si no hay cambios, se las repartirán Pedro Ríos y Nando.

Un once que será casi un calco del que sacó petróleo en Zaragoza y que ahora tiene que reconciliarse con El Arcángel.