El Real Madrid confía en seguir siendo la bestia negra del Zalgiris Kaunas, al que ha derrotado en 14 de las 16 veces en que se han enfrentado desde la semifinal de la Recopa de 1989-90 y con el que volverá a verse este jueves en la Euroliga.

En esta competición el balance todavía favorece más a los madridistas, con un 13-1 global, incluyendo un 6-0 en las dos últimas temporadas.

Tras perder la pasada jornada en Estambul ante el Fenerbahce, el equipo de Pablo Laso necesita ganar al Zalgiris para no perder el paso en la zona alta de la clasificación, mientras que el equipo lituano de Sarunas Jasikevicius llega tras haber conseguido su primera victoria a domicilio en Belgrado ante el Estrella Roja.

Jasikevicius, en su primera temporada completa como primer entrenador, (debutó el 15 de enero de este año en un partido del Top 16 ante el Real Madrid con derrota para los lituanos por 92-86) ha dotado al equipo de su ciudad natal de una mayor agresividad con su baloncesto directo y, de hecho, el Zalgiris es el segundo máximo reboteador ofensivo de la competición, con una media de catorce capturas por partido.

Este será uno de los aspectos sobre los que el Real Madrid deberá poner el acento.

Otro de los focos de atención será el estado de Sergio Llull, que, según informó el entrenador, Pablo Laso, "no ha podido entrenarse durante toda la semana" porque no han remitido las molestias que arrastraba en la rodilla. Laso le puso la etiqueta de "duda" para el partido.

En cuanto a Dontaye Draper, el base estadounidense ha regresado a la disciplina del equipo aunque "todavía no está recuperado del todo" de sus dolores de espalda. El restó "está más o menos bien", según Laso.

El Zalgiris ha ganado tres de los cuatro últimos partidos en la máxima competición europea y Laso no dudó en afirmar que estaba siendo un poco "la sorpresa de Euroliga por cómo estaba compitiendo".

El buen momento de Luka Doncic y el regreso de Draper deben cubrir la más que posible baja de Llull. El Madrid deberá buscar asentar su juego desde la defensa y el rebote, tratar de evitar esos lapsus que sufre y mantener una tensión constante a lo largo de los cuarenta minutos de juego.

Las derrotas en casa se pagan muy caro en esta competición y el Madrid no quiere meterse en problemas.