"Estuvimos compactos, jugamos bien, con confianza, pero en los últimos diez minutos nos relajamos y el Shakhtar marcó". Así analizó Cristiano Ronaldo el partido que el Real Madrid ganó 3-4 al Shakhtar Donetsk, con momentos brillantes y con un final que engordó unas estadísticas negativas: el cuadro de Benítez ha descuidado su armazón defensivo.

Los tres goles que encajó Kiko Casilla en el último tramo del choque engordaron unas estadísticas que posiblemente preocupen al técnico Rafael Benítez, que hasta hace muy poco podía presumir de tener un equipo prácticamente imbatible.

Sin embargo, el Real Madrid ha pasado de tener una línea defensiva casi imposible de superar a encajar diez goles en los últimos tres partidos. Los duelos frente a Sevilla, Barcelona y Shakhtar Donetsk, dejaron tocada la principal línea de flotación de un equipo que se mantenía en lo más alto gracias a un trabajo, el defensivo, que produjo réditos muy altos para un grupo que aún aspira a ganar todo.

La primera caída llegó en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán. Allí, el Real Madrid apareció como un equipo casi inexpugnable. Entre Liga de Campeones y Liga, había recibido cuatro tantos en catorce partidos. Los récords asomaban continuamente alrededor de Keylor Navas, que, contra el Sevilla no pudo jugar por un problema muscular. Su sustituto, Kiko Casilla, tuvo que recoger tres balones de su portería.

Después de esa derrota por 3-2, quien se encargó de adentrarse en su arco para sacar pelotas fue Keylor Navas. En la siguiente jornada, el costarricense no pudo evitar los cuatro goles del Barcelona que tanto dolieron al público del estadio Santiago Bernabéu.

Por primera vez, el portero del Real Madrid se vio vulnerable. Hasta ese día, el ya fatídico 21-N, fue una muralla casi inexpugnable para sus rivales. Sin embargo, no pudo evitar que el Real Madrid cayera en una crisis de resultados que se venía venir cuando ganó 1-0 al París Saint Germain justo antes de enfrentarse al Sevilla.

Aquel día, el cuadro francés mereció ganar en el Bernabéu. El Real Madrid marcó un gol extraño por medio de Nacho Fernández y prácticamente no se acercó a la portería de Kevin Trapp. El equipo de Laurent Blanc dio una exhibición y entre Navas, los palos y la falta de resolución gala, los hombres de Benítez se escaparon triunfadores.

Lo que llegó después abrió una herida anunciada. Sevilla y Barcelona dejaron a los blancos a seis puntos del primer puesto de la Liga BBVA. Y, el Shakhtar, aunque abrió la puerta de la recuperación al Real Madrid, también evidenció que algo pasa en torno a su portería. En el fondo, recibir diez goles en tres partidos es algo que no ocurre a menudo por la casa blanca.

El análisis de Cristiano parece correcto. El jugador portugués dio en la diana en algo evidente: el Real Madrid fue compacto, jugó bien hasta el minuto 78 y algunos jugadores recuperaron sus buenas sensaciones. Él mismo marcó dos goles, Bale volvió a ser algo decisivo, Modric mandó y los menos habituales, Kovacic, Casemiro y Carvajal, cumplieron.

Benítez, coincidió con Cristiano, reconoció alguna laguna defensiva y ensalzó el trabajo de sus jugadores: "Me voy más satisfecho que preocupado. Es verdad que los goles de hoy eran inevitables, sobre todo el penalti y el córner. Con más atención, los podemos evitar, pero me quedo con que hemos metido cuatro goles, que es el primer paso para la reacción que todos hemos pedido", dijo.

Sin embargo, el técnico madridista tendrá que taponar su agujero defensivo sin muchas piezas. El Shakhtar dejó una víctima más a la lista de lesionados de la zona de atrás. A Marcelo y Sergio Ramos se unirá en la enfermería Raphael Varane, que se retiró del campo con un problema en los isquios. Sin ellos, en Eibar habrá otro examen y la recuperación de un Real Madrid bipolar seguirá su curso.