La policía en el portal, los vecinos indignados en la calle, el prestamista esperando el piso, Carmen Martínez Ayuso creyendo que vivía una pesadilla y Paco Jémez sin dar crédito a lo que sucedía en el barrio de su equipo, en Vallecas, a poca distancia del estadio, donde corre el mismo aire que respiran los jugadores del Rayo. "No íbamos a quedarnos parados. Lo peor que le puede pasar a una familia es que la echen de su casa". Y por eso el técnico rayista se dijo: "Vamos a ayudar a Carmen".

La historia tiene más peso solidario que deportivo, pero sirve para demostrar que muchos deportistas, más allá de la camiseta, más allá del músculo, de las tácticas y de la competición tienen corazón y se preocupan de los demás... en este caso de Carmen Martínez, 85 años, vecina de Vallecas desde hace medio siglo, y que decidió avalar con su piso el crédito que su hijo solicitó a un prestamista particular al separarse y poco antes de perder el trabajo: 40.000 euros iniciales que con los intereses han alcanzado los 70.000. El dinero no lo pudo devolver. "Una madre siempre está dispuesta a ayudar a un hijo", explicó ayer el técnico del Rayo, que interrumpió la planificación del partido contra el Celta para hablar con todos los estamentos del club, con el presidente, con el director general, con sus compañeros del cuadro técnico y, por supuesto, con los jugadores. No podían dejar a Carmen en la calle.

Había que hacer algo para mantener encendida la llama de equipo de barrio que ilumina como un rayo al conjunto madrileño, alejado del mayor glamour mediático de Madrid y Atlético. Y la determinación se tomó en pocas horas. Técnico y jugadores pagarán un alquiler para que Carmen viva dignamente hasta el fin de sus días y "ojalá sean muchos años". El Rayo comunicará, en una conferencia de prensa que se celebrará la próxima semana, otras iniciativas sobre el caso. "Me gustaría ayudar a más gente pero es imposible. Carmen es una señora del barrio y su problema nos atañe. Por eso, puedo decir que no se preocupen ni ella ni su familia".

El nieto tomó las riendas

El nieto de Carmen, que ignoraba que su abuela había avalado con el piso el préstamo de su padre hasta que se conoció la amenaza del desahucio, ha sido la persona que ha tomado las riendas para evitar lo que sucedió el viernes, cuando ni siquiera las personas convocadas por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), reunidas en la calle, frente al piso de Carmen, pudieron conseguir que la anciana siguiera en su casa.

El prestamista, de nombre Francisco, nada quiso saber de las súplicas del nieto, nada quiso negociar, ni alquiler social ni nada, entendió que tenía derecho al inmueble porque había una orden judicial al respecto y Carmen se quedó en la calle. La primera noche la pasó, con siete personas más, en el piso donde vive la novia de su hijo.

Pero, al despertar, toda la maquinaria rayista ya se había puesto en marcha bajo la dirección de Jémez. "Hablé primero con el presidente, luego con Luis Yáñez (director general) y con los jugadores. Nosotros somos sensibles y lo que le ha sucedido a Carmen nos puede pasar a todos. Y, por eso, abriremos en el club otros canales de ayuda".

Carmen Martínez solo dispone de una pensión mensual de 630 euros tras enviudar. El piso perdido está valorado en 166.000, más caro que la deuda de su hijo. Ayer, también, el Ministerio de Economía prometió que "debido a las circunstancias excepcionales del caso" procurará que el Fondo Social de Vivienda ponga a disposición de Carmen un piso de alquiler en Vallecas, "con toda celeridad". Otra iniciativa a tener en cuenta tras el Rayo de solidaridad conducido por la palabra de Jémez.