Parecía que el partido entre el Real Madrid y el Barcelona iba a acabar empatado a dos goles cuando, a falta de un minuto del tiempo añadido, Sergi Roberto inició una galopada al contraataque que Messi culminó con un golazo.

El segundo tanto del argentino, tercero del Barça, provocó furia y tristeza en los aficionados madridistas y el delirio de los visitantes. El gol, en el último suspiro, fue cantado de forma vibrante por la mayoría de las radios, que se rindieron ante Leo por ser, una vez más, decisivo ante el conjunto blanco. La celebración frente a la grada del Santiago Bernabéu es un nuevo icono azulgrana.