Moha Traoré llegó el pasado verano para jugar con el filial blanquiverde. Procedía del Elche Ilicitano, donde conoció a Rafa Gálvez.

No era de los más destacados en el filial franjiverde y, de hecho, nunca llegó a contar para Fran Escribá. Con el descenso de ambos filiales, el hermano mayor de Adama Traoré, una de las joyas de La Masía que, sin embargo, no acaba de tener suerte en el Aston Villa, puso rumbo a Córdoba.

A sus 21 años, es de los jugadores más destacados de Tercera. Suma ya 17 goles, dos menos que Quiles, aunque con menos partidos. No obstante, el catalán comenzó en banda, aunque el propio jugador reconoció que se siente más cómodo jugando arriba.

Su gran fuerte es el físico. Es un portento. Pura fibra. Un delantero alto (1,85), pero con aceleración, regate, potencia y, lo más importante, gol. Pero tiene un hándicap. No sabe, en ocasiones, templar los nervios y ya se ha perdido tres encuentros por sanción.

RIVALES HASTA AHORA ASEQUIBLES

En el caso de que debute en Segunda, las cualidades y condiciones de Moha son las mismas. Ahora bien, cambiará la oposición del rival. No es lo mismo enfrentarse ante un defensa que apenas gana 200 euros y que al día siguiente tiene que madrugar para ir a clase que un jugador profesional en el último año de contrato con la obligación de ganarse una renovación. No meten la pierna igual uno que otro ni se ponen a cubrir el disparo de igual manera. Y es que ver llegar a Moha en carrera es una imagen que intimida a cualquier defensa.

Precisamente, al hispano-maliense le toca demostrar que el nivel que está dando en Tercera, con un físico y una calidad sobrada para esa competición, puede servir para una liga superior, dos escalones por encima.

En cualquier caso, lo que sí resulta evidente es que Moha Traoré tiene más ritmo de competición que Jean Paul Pineda, prácticamente inutilizado por José Luis Oltra, aunque está por ver que le pueda ganar la partida a Raúl de Tomás.