El presidente ruso, Vladímir Putin, se reunirá esta semana con el ministro de Deportes, Vitali Mutkó, tras el escándalo de dopaje que ha sacudido al atletismo ruso, anunció hoy el Kremlin.

Putin hablará con Mutkó sobre el "deporte olímpico" después de que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) recomendara ayer excluir a los atletas rusos de los próximos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.

Al respecto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, instó a la AMA a presentar pruebas sobre la existencia de un sistema antidopaje promovido por el propio Estado, como ocurriera en el caso de la República Democrática Alemana (RDA).

"El caso es que si se pronuncia alguna acusación, entonces debe ir acompañada de alguna clase de prueba. Hasta que no se presente prueba alguna, será difícil aceptar cualquier acusación. Son gratuitas", dijo.

Mutkó reconoció que el atletismo ruso tiene problemas de dopaje, pero rechazó las acusaciones tanto la manipulación estatal de los positivos como su implicación en esa trama, en la que también estaría involucrado el Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).

"No podemos echar a Rusia la culpa de todos los problemas del atletismo", dijo anoche el ministro, quien expresó su confianza en reunirse en breve con el presidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), Sebastian Coe.

Por su parte, la Federación Rusa de Atletismo (FRA), que podría ser suspendida en el marco de este caso, remitirá en breve a la IAAF un documento sobre su programa antidopaje y sobre las conclusiones de la comisión independiente de la comisión independiente de la AMA.

"La FRA se ha tomado con la máxima seriedad los resultados del trabajo de la comisión independiente", señala el comunicado federativo, que insiste en su compromiso para el "desarrollo de medidas preventivas contra el consumo de sustancias dopantes".

La comisión de la AMA acusa a Rusia de una trama que incluiría el encubrimiento de positivos, la extorsión de los atletas, el pago de sobornos y la destrucción de pruebas sobre el consumo de sustancias prohibidas.

Además, el temido FSB habría recurrido a la intimidación y el encubrimiento para manipular el trabajo de los laboratorios antidopaje y garantizar unos resultados deportivos que satisficieran el orgullo patrio.

En la trama estaría involucrado también el senegalés Lamine Diack, expresidente de la IAAF, quien habría aceptado dinero ruso a cambio de ocultar los positivos, lo que el informe tacha de "sabotaje" de los Juegos de Londres.