Hasta su caída en los entrenamientos de Mugello-2010, todas las conferencias de prensa de Valentino Rossi, sí, todas, fueron para dar, comentar, bromear, ironizar, sonreir sobre buenas noticias. Desde aquella doble fractura de tibia y peroné derecho, solo ha habido una cita ante los periodistas más o menos triunfante, festiva: su anuncio de que fichaba por Ducati, provocando la algarabía en Italia y medio mundo. Desde entonces, poco sitio para las risas. Incluso en la legión de periodistas aduladores que le siguen, persiguen y elogian.

Alguien ayer le dijo que cómo se sentía al salir "el último" en el GP número 250 de su vida. "El último no, perdona, no hagamos bromas con eso, salgo penúltimo". Y, claro, a continuación, nacieron las sonrisas, que no carcajadas. Aunque, la verdad, todos saben que es el Doctor el que saldrá el último en la parrilla de MotoGP, pues, aunque esa plaza la ocupará realmente Sylvain Guintoli, que corre en lugar de Loris Capirossi. Hasta el propio Vale lo reconoció al final de su conferencia de prensa al despedirse con un "...suerte que Capi no ha corrido, sino salgo el último, sí".

La sensación de que Rossi se ha equivocado firmando por Ducati es ya compartida por todo el mundo. Al menos, en este caótico 2010 en el que, en solo nueve carreras, han cambiado de moto, de motor, de proyecto, de todo y nada, nada, les ha funcionado. "Cuando probé la mil del próximo año pensé: este chasis con el motor ochocientos de este año puede ir bien. Decidimos entre todos, repito, entre todos, cambiar y ha sido un desastre. Me canso, peleo, corro, lo intento con el mismo sudor y esfuerzo como si estuviese peleando por la victoria, por el podio, y acabo el porras, lejísimos. Un desastre. No puede ser. Hemos de volver atrás. Nada de lo probado funciona".

Y el caso es que el Doctor llega a su carrera número 250 con cifras astronómicas, inigualables: ha ganado nueve títulos en todas las cilindradas, ha vencido en casi la mitad de los grandes premios que ha corrido (105 triunfos) y se ha subido al podio en casi dos terceras partes de carreras (175). Y hoy partirá el último. Perdón, el penúltimo. "¿Qué si un resultado así sirve de motivación? No, por favor, es un desastre. Y punto", afirmó.