Más allá del escepticismo actual propiciado por la salida de los mejores jugadores de la entidad blanquiverde, el Córdoba de la 2016/17 tiene hoy (14.30 hora española) su primera prueba, después de solo un día de stage en Holanda y con apenas una semana de entrenamientos con el nuevo grupo. El Heracles Almelo, de la Eredivise -máxima categoría del fútbol holandés--, será la primera piedra en el camino para ver qué tal se desenvuelve este Córdoba sin Xisco, ni Fidel, ni Florin. Pero también para saber cómo se adaptan los nuevos fichajes, cómo se rehace la zaga con dos laterales derechos -Antoñito y Caro--, o si Oltra ve en el canterano sevillista un central. Luego tendrá que readaptar el centro del campo, definir el doble pivote en ese nuevo esquema 4-2-3-1 que el técnico quiere dibujar. La mediapunta parece que está claro que será para Alfaro, al que le deben respetar las lesiones. Por la derecha se confía en que Pedro Ríos siga al nivel del año pasado. Por la izquierda, Juli -si es que puede jugar tras superar una varicela—espera a que alguien le discuta el puesto. Y en punta… o Pineda o el filial. Otra no hay.

Enfrente estará el histórico Heracles Almelo también en plena reconstrucción. La pasada temporada quedó sexto en el campeonato regular, es decir, que es de lo mejorcito de la Eredivise.

Pero más allá del rival, lo importante en estos momentos es la evolución del propio Córdoba, que vaya asimilando conceptos y que pueda ir corrigiendo los errores que se puedan ir produciendo. En este sentido, el año pasado, ya en pretemporada se observaba las dificultades del equipo para sacar el balón.