El año pasado, en la concentración del Córdoba en Isla Canela, Juan Carlos fue el único jugador de la plantilla que no habló. El club quiso protegerlo de las especulaciones que lo involucraban en posibles amaños de su etapa en el Hércules, algo que no le afectó. "Me importa lo que opinan de mi las personas que aprecio, no quienes no conozco. No hay que prejuzgar a nadie, tengo la conciencia muy tranquila, es algo que conmigo no va, y si puedo ayudar en algo, ayudaré". Entonces, nadie lo reclamó porque no tenía protagonismo en el equipo. Saizar partía como el portero titular y su papel quedó relegado a un plano muy secundario. Ni siquiera se originó el típico debate veraniego en la portería. Durante gran parte de la temporada muchos aficionados no conocieron su cara. Hasta que una tarde en Sabadell, Saizar se lesionó y Juan Carlos por fin cogió los guantes.

Hubo ligeras dudas al principio, pero un par de encuentros le bastaron para ganarse la confianza del entrenador, que siguió contando con él una vez recuperado Saizar. "Es verdad que el final de temporada me ayudó mucho a dar a conocer lo que es Juan Carlos porque antes no había tenido muchas oportunidades y cuando tuve la oportunidad demostré lo que era capaz de hacer".

Un giro importante

Juan Carlos no le da demasiadas vueltas al giro que ha dado su carrera con el ascenso a Primera. "No me ha cambiado nada la vida, sigo haciendo lo mismo con idéntica ilusión, con las mismas ganas que el año pasado; tengo un poco más de tablas, pero las ganas son las mismas". Solo aprecia una ligera modificación. "Ya llevo un año aquí y conozco más a la gente y veo todo de otra manera". Pero no considera que tenga más opciones que Saizar para debutar como titular. "No pienso que haya una cierta ventaja, es algo que tiene que decidir el entrenador".

La portería es la única línea que no ha sido reforzada en el mercado veraniego. "Es de agradecer la confianza que se ha transmitido al no haber por el momento ningún fichaje en nuestra demarcación. Transmite una confianza importante, pero si viene alguien para ayudar, bienvenido".

A Juan Carlos no le asusta la competencia y el año pasado demostró que también sabe ser suplente. Nunca alzó la voz en público. "Disfruto el día a día, aunque te engañaría si te dijera que estaba contento cuando no jugaba, porque los futbolistas somos egoístas y queremos jugar. Pero estaba contento en mi día a día", recuerda.

Esos momentos en la suplencia le sirvieron para reflexionar y tomarse con calma y serenidad el éxito. "Nunca hay que pensar ni que eres el mejor ni que eres el peor, solo ser consciente de quién eres y estar preparado para cuando te toque actuar. Si te lo tomas de otra manera, te equivocas", razona el cancerbero.

Ahora tiene bastantes opciones de ser el guardameta titular del Córdoba en el Santiago Bernabéu, en la primera jornada de Liga. "Es una motivación importante, pero cualquier campo de Primera lo es, y más cuando muchos no hemos podido jugar en esa categoría. Poder debutar en el Bernabéu sería un sueño". ¿Y cómo se para un tiro de Gareth Bale?, le preguntaron. "¡Pues con las manos, o con lo que se pueda!".