La capacidad de atención, de concentración, el trabajo grupal, la actitud y el esfuerzo son actos y conceptos que en fútbol son innegociables. Un equipo solo tiene derecho a fallar, porque el fallo es sinónimo de arriesgar, el equipo que falla mucho es porque genera situaciones de peligro y arriesga mucho, el que falla poco suele arriesgar poco.

En la alta competición se habla mucho de las cuatro patas que deben cimentar la base de un gran club, con el objetivo de crecer, mejorar y ser cada temporada más competitivo. ¿Qué pasa cuando alguna pata de la mesa falla y solo nos quedamos con tres, con dos, con una...? Si eres albañil debes saber nivelar la pared; si eres cerrajero debes saber abrir una puerta; si eres marinero debes saber distinguir entre un timón y un ancla... El objetivo es que ninguna de las cuatro patas fallen. Si la pata que mantiene el consejo de administración no está a la altura de las circunstancias, la mesa comienza a fallar; si los medios de comunicación no son objetivos, la mesa comienza a estar inestable; si los jugadores y el técnico no dan la talla, la mesa cae; si la afición no apoya, el club se derrumba. Frente al Málaga estuvo inestable la pata que deben sostener y afianzar jugadores y técnico porque recuerdo: se puede fallar, pero la concentración, la actitud para superar dificultades, trabajo, etcétera, son innegociables. El Málaga fue quien tuvo el control del juego y del partido, supo combatir a un Córdoba con desajustes y muchas dudas en defensa mediante acciones de contragolpe, tuvo movilidad constante de los hombres de primera y segunda línea, fue más equilibrado, más competitivo, asumió más responsabilidades, fue más eficaz y tuvo mayor compromiso grupal.

¿Están balanceadas las cuatro "patas" de mi club? ¿Cuál o cuáles necesito reforzar? Aún hay tiempo porque... "Los sueños solo mueren si muere el soñador".