No cambia nada en Dani Pinillos. Continúa igual de jovial y dicharachero que hace unos meses, cuando a falta de unas horas para uno de los partidos más trascendentales en 42 años de historia, posaba para el fotógrafo con la cara iluminada del niño que espera abrir un regalo. Hace seis meses llegó a Córdoba de la mano de Pedro Cordero para reforzar al filial. Cumplió el papel para el que le trajeron, pero pocos pensaban que iría más allá. Pinillos sorprendió a Ferrer, que no dudó en darle la titularidad en uno de los momentos más complicados de la temporada. El gallego no se achicó y desde entonces no ha dejado de crecer. A día de hoy, nadie le discute el lateral izquierdo, pero él no se sale de su informalidad, de su desparpajo incluso a la hora de hablar, como si en vez de micrófonos tuviera a sus amigos de toda la vida delante. El domingo, en Marbella, dio el pase de gol a Havenaar. "He visto que estaba ahí y la he centrado como he podido con la pata de palo y, por suerte, ha salido bien", bromeaba. "¡Cómo para no verle!". "Es un tío que físicamente destaca y ya se ha visto que de cabeza es imposible ganarle", apuntaba sobre el delantero japonés, ya algo más serio.

Pinillos habla con naturalidad de lo que supone estar en Primera. "Sí, ha cambiado algo, pero para todos. Ha sido un paso adelante para el club y para todos nosotros y espero que sepamos aprovecharlo y que mantengamos la categoría". Pero en el fondo, la pretemporada no cambia. "La veo un poco como todas. Llegar de las vacaciones, concentrarte ya, meterte en el trabajo, ir cogiendo la forma física y confianza con el balón, conocer a los compañeros nuevos, que no los conocemos y eso se nota, aunque somos una piña y me han caído fenomenal".

El joven lateral vuelve a sonreír cuando se le pregunta si se imagina que en un mes estará cubriendo a Bale. "Ahora me centro en lo mío, en coger la forma cuanto antes. Creo que estaré bien para el inicio; nos hemos venido aquí a desconectar de Córdoba y físicamente me encuentro muy bien. Vamos a llegar bastante bien", insiste. "Conseguí que el club confiara en mí y ahora también hay que devolverle la confianza al entrenador", añade. Hasta el momento no le ha fallado.