Parece que la voracidad compradora de Nasser Al Khelaifi, el multimillonario jeque del PSG, no tiene límites. Con Neymar ya en París, el fichaje más caro de la historia del fútbol, ahora el interés del dueño del club parisino se centra en la incipiente gran estrella del fútbol francés, Mbappé, de 18 años, con el que tendría ya un acuerdo firmado a la espera de que el Mónaco, el actual club del delantero, acabe aceptando la oferta de 180 millones por el futbolista. Uno de los motivos son los 12 millones netos de ficha que le ha garantizado Al Khelaifi. De concretarse, sería la segunda mayor operación del fútbol mundial en menos de una semana, señal inequívoca del poder de Qatar en el fútbol europeo actual.

Por eso Al Khelaifi, con su habitual traje negro, camisa blanca y también corbata negra, fue el hombre más perseguido por la prensa ayer en Madrid, donde se reunió la ECA (Asociación de Clubs Europeos). El jeque del PSG, teléfono en mano, no soltó prenda pero se intuye que sí que tuvo algún encuentro con Josep Maria Bartomeu, presidente del Barça, que también estuvo en la reunión.