El Córdoba entra en el último tercio de Liga en Segunda esta noche en El Arcángel ante el Zaragoza (20.30 h.), un encuentro que en verano se marcaba con un color especial porque, teóricamente, ambos se denominaban candidatos al ascenso, aunque fuera a través de las eliminatorias. Siete meses, 28 encuentros disputados y cuatro entrenadores después (dos para cada equipo), el panorama se dibuja muy diferente.

El propio Carrión dedicó su comparecencia de ayer a intentar reflejar que el equipo transmite más en el último mes, sí, aunque aseguró que estaba mejor, lo que mirando las últimas cuatro jornadas y la propia tabla clasificatoria provoca una distorsión. En cualquier caso, a este Córdoba se le marchó hace ya tiempo aquel ferrocarril de lujo y espera en la parada al último vehículo que le evite ser devorado por el fantasma de Segunda B. Para ello recuperará a Domingo Cisma de su sanción, aunque pierde por el mismo motivo a Pedro Ríos. Deivid, Juli y Caballero continúan con su recuperación, mientras que Héctor Rodas lució ayer por primera vez su máscara y es duda, aunque Carrión convocó a todos los disponibles, incluidos Javi Galán y Esteve, y decidirá hoy una hora y media antes del encuentro. También podrá contar el catalán con Antoñito después de las dos semanas que ha estado el herrereño en el dique seco por sus problemas en los isquios y, siendo optimistas y reconvirtiendo a algún jugador, Carrión tendrá hoy para el centro a cinco jugadores para tres puestos: Caro, Luso, Cisma, Héctor Rodas y Jonathan Bijimine. Los tres primeros, y en ese orden, suponen un buen trío a probar ante los maños esta noche, mientras que Bíttolo, por la izquierda, completaría la primera línea blanquiverde.

Por dentro, y a pesar de esa falta de la llegada que reclamó ayer el propio técnico blanquiverde, Edu Ramos, Javi Lara y Aguza parecen fijos, por lo que si Carrión pretende seguir dándole continuidad necesitará que la línea de los tres centrales gane metros. Para ello, no es lo mismo jugar con unos que con otros. En caso de que se tire la línea en la misma zona necesitaría el técnico blanquiverde algún jugador, Markovic por ejemplo, que tenga mayor capacidad para el ida y vuelta, para llegar y replegar.

En punta, Rodri volvió a ver portería por novena vez en Tarragona, por lo que la única duda, pequeña, sería en su acompañante. Pequeña porque tampoco Alfaro desentonó en la anterior jornada, tanto en su trabajo solidario en defensa como en los intentos de lanzar a sus compañeros, Rodri Ríos principalmente, arriba.

Enfrente tendrá a un Real Zaragoza que está, prácticamente, en la equidistancia, en ese punto casi intermedio tan peligroso.

Los maños sueñan con imponerse en El Arcángel y, acompañado de otros resultados, cerrar la jornada más cerca de las eliminatorias de ascenso que de los puestos de descenso, esos que el Córdoba tiene tan sólo a un punto y el colista a dos.

Los peligros del conjunto maño están muy definidos: la calidad a balón parado y la capacidad para desequilibrar de Manu Lanzarote en una banda. Xumetra en la otra. La experiencia y calidad de Cani en los últimos metros, así como un doble pivote teóricamente equilibrado como Zapater y Javi Ros. El mayor miedo de este Zaragoza puede estar centrado en Ángel, un delantero que podría venir especialmente mal a una defensa que no se ha significado hasta ahora especialmente por su velocidad. El equipo de Agné viene, además, con esa confianza que da una goleada en casa, como la lograda en la pasada contra el Numancia, próximo visitante, precisamente, de El Arcángel. Y con la idea de no olvidar aquella candidatura a la que otros, obligatoriamente, han tenido que renunciar esperando, estancados, otro vehículo más modesto. El Zaragoza viene a coger su último tren y el Córdoba quiere dejar la parada atrás.